Nota del autor: Este artículo, titulado “Seppuku: suicidio ritual entre los samuráis de Japón” está escrito con fines culturales y educativos, repasando las costumbres del Japón medieval, es meramente informativo. Si has sufrido algún tipo de intento de suicidio, o lo has considerado, no estás sol@, acércate a un ser querido y busca ayuda psicológica.
Conocido como harakiri o seppuku, el suicidio ritual entre los samuráis de Japón formaba parte del Bushido, el código por el que se regían estos guerreros, y esta ceremonia constaba en abrirse el estómago hasta la muerte inevitable con el fin de partir del mundo terrenal con honor, o evitar ser capturados por fuerzas enemigas, entre otros motivos.
En la cultura occidental, este ritual se conoce principalmente como harakiri, pero en la Tierra del Sol Naciente es utilizado el término “seppuku”, ambos significan “cortar el vientre”, sin embargo, “harakiri” es considerada una palabra vulgar para los japoneses.
Aquí te compartimos algunos datos que seguramente no sabías sobre esta práctica.
No siempre era voluntario
El harakiri no siempre era elección del samurái, también podía ser designado por un daimyo (señor feudal) en caso de que el guerrero fuera sorprendido cometiendo un acto delictivo, como un asesinato, robo o muestra de corrupción.
Había todo un protocolo previo
Antes de realizar el seppuku, el guerrero bebía sake a lado de sus allegados, además que se componía un poema que servía como carta de despedida, conocido como zeppitsu, que se imprimía en el abanico de guerra.
Al llegar el suceso, el samurái, portando un kimono blanco, se colocaba de rodillas y se abría dicha prenda para mostrar su abdomen, cubría su daga con papel arroz para no manchar sus manos de sangre y clavaba dicho filo en el estómago, comenzando por el lado izquierdo, hasta llegar al lado derecho, para regresar el sable al esternón y efectuar un corte vertical.
El deshonor podía ser heredado
Si este ritual no se ejecutaba a tiempo, el deshonor no solo quedaba en el nombre del samurái, también permeaba a su esposa, a sus hijos y el resto de su descendencia, quienes también eran despojados de sus pertenencias.
La muerte del seppuku es dolorosa y grotesca
El ritual del harakiri no era especialmente amigable, pues realmente era una muerte muy dolorosa para el guerrero, además de ser un suceso visualmente muy desagradable ante los ojos del público, quienes veían como se le abría el estómago al militar, para después ver caer las vísceras de este.
El practicante podía “recibir ayuda”
Además de ser un proceso doloroso, el guerrero podía tardar horas en morir, así que muchos samurái no terminaban el proceso del seppuku, por lo que podían designar una persona de confianza, quien al recibir una señal, podían degollar al militar para terminar su sufrimiento.
El seppuku en las mujeres
Las mujeres también podían enfrentarse al ritual de suicidio, ya sea para no ser capturadas, o para acompañar a su esposo en la muerte, sin embargo, ellas podían optar por cortarse el cuello en lugar de abrirse el estómago.
Para realizar esta versión de la ceremonia, la mujer debía atar sus tobillos, muslos o rodillas, pues era considerado deshonroso que muriera con las piernas abiertas.
La deshonra al morir
Al igual que las mujeres, los samurái debían morir de cierta forma, o encarar la deshonra, y en su caso debían caer con el cuerpo hacia delante al desfallecer, y sin manchar sus manos de sangre.
El seppuku o harakiri está prohibido en Japón desde el siglo XIX, aunque sí se han dado algunos casos en los que se efectúa el suicidio ritual entre los samuráis de Japón de la antigüedad.
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