La noche del 24 de mayo de 1940 quedó marcada por el intento de asesinato de León Trotsky, afamado revolucionario ruso y político que se enfrentó a la postura de Stalin por lo que tuvo que exiliarse de la Unión Soviética y que en 1937 logró llegar a México con el asilo político del presidente Lázaro Cárdenas y claro, el apoyo de Diego Rivera, un comunista por excelencia.
Aquella noche, la vida de Trotsky estuvo en peligro debido a su postura política. Si bien el hombre también era considerado de izquierda, lo cierto es que para otros seguidores del comunismo y el marxismo, el político resultaba incómodo, sin mencionar que a pesar de sus conexiones, sucumbió al poderío de un dictador como Stalin.
Por otro lado, la historia del muralismo mexicano está íntimamente relacionada con el comunismo y los ideales de izquierda gracias a sus mayores exponentes. De allí que Diego Rivera fuera pieza clave para el asilo político de Trotsky en México o que el político viviera por una temporada en la Casa Azul con él y Frida Kahlo (con quien se dice que tuvo un amorío); sin embargo, David Alfaro Siqueiros, otro de los mayores exponentes del muralismo en México, también de izquierda era de los detractores del trotskismo, pero en especial de Trotsky por sí mismo.
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Si bien, Siqueiros pasó a la historia por su talento con la pintura, lo cierto es que como agente asesino… no destacó. Y es que aquel 24 de mayo de 1940, Siqueiros se encontraba entre una turba de 20 personas aproximadamente que entraron a la entonces casa de Trotsky en Coyoacán.
Con una pistola en mano, el relato nos cuenta que Siqueiros y otros hombres dispararon sobre la cama donde Trotsky y su esposa. Algunos reportan que se vaciaron 200 balas en la casa de Trotsky, otros hablan hasta de 400 disparos, pero lo cierto es que hayan sido 1 o 400, León Trotsky sobrevivió al atentado a su vida y los hombres que habían ido allí para matarlo fueron repelidos por los guardias en el hogar.
Este atentado no pudo pasar desapercibido, y en especial sus autores; Siqueiros tenía un solo destino en particular al ser miembro del Partido Comunista: Lecumberri, la entonces prisión en la CDMX conocida como el Palacio Negro.
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Si bien Lecumberri fue una parada casi obligada para algunos de los grandes artistas mexicanos (pintores, músicos, escritores, etcétera), para Siqueiros no era nada nuevo, de hecho fue apresado 6 veces, incluso allí pintó algunas de sus pinturas. Sin embargo, aunque el pintor suponía ser apresado en Lecumberri, en 1941 Siqueiros consiguió exiliarse en Chile con la ayuda de Pablo Neruda. En Chillán, Chile se dedicó a puntar los muros de la Escuela México; se trata de Muerte al invasor quizá la muestra más importante de su arte y el muralismo mexicano en aquel país.
Aunque Siqueiros regresó a México hasta 1946, la suerte de Trotsky no sería la misma; ya que un 20 de agosto de 1940, meses después del primer intento de asesinato, el ruso fue asesinado por Ramon Mercader, un agente envido por Stalin y que consiguió infltrarse en el círculo de confianza de Trotsky para lograr su cometido arremetiendo contra su cabeza con un piolet, una especie de pico que usan los escaladores.
En la actualidad es posible visitar el Museo Casa de León Trotsky en Coyoacán y ver por ti mismo los impactos de bala del último hogar de este hombre, así como un vistazo al pasado a la vida en México de Trotsky.
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