Después de enfrentar al coronavirus, la reina Isabel tomó una importante decisión sobre su futuro, mudarse al castillo de Windsor, abandonando el palacio de Buckingham.
Se dice que probablemente la reina Isabel quiere llevar una vida menos ajetreada y claro, pasar más tiempo en el castillo donde el príncipe Felipe pasó sus últimos días.
A pesar de que el castillo de Windsor no se compara con el palacio de Buckingham, es un lugar encantador y lleno de lujos que seguro querrás conocer.
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El castillo de Windsor
Windsor está ubicado en Berkshire, Reino Unido, y es un castillo de origen medieval del siglo XI y ocupa un espacio de más de 5 hectáreas.
Este espacio ha sido modificado con el paso del tiempo y con la llegada de los nuevos monarcas, que se encargaron de hacer del lugar un castillo lujoso y con espacios que nadie se espera.
La capilla de San Jorge
El castillo es una fortaleza que entre sus murallas ha presenciado la boda de varios miembros de la realeza como el enlace del príncipe Harry y Meghan Markle, o bien, la primera boda de la princesa Margarita.
Y es que el castillo guarda entre sus jardines la capilla de San Jorge, un templo gótico del siglo XV, que es considerado uno “de los logros supremos del diseño del gótico perpendicular inglés”.
La casa de muñecas más grande del mundo
El castillo también guarda la casa de muñecas más grande del mundo, se trata de una casita construida en 1921 por la reina Mary.
Esta casa aloja objetos artesanales y muñecas únicas en el mundo.
El lugar para recibir a las visitas oficiales
El castillo de Windsor es uno de los favoritos de la reina Isabel, por eso no es raro que le guste recibir a las personas en él.
El castillo sirve para recibir a las visitas oficiales, como los presidentes de diferentes países; así como recibir al público en general en visitas guiadas.
Un lugar lleno de ¿relojes?
Para que nadie en el castillo de Windsor tenga que perderse cualquier compromiso, el lugar cuenta con más de 450 relojes. Esperemos que no sean muy escandalosos.
El castillo de Windsor se ha convertido en un refugio y lugar feliz para la reina Isabel, ya que en él compartió muchos recuerdos al lado del príncipe Felipe y ha sido su resguardo durante estos tiempos difíciles de pandemia.
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