Se acercan las fechas de Noche de Brujas y desde ahora, muchas personas ya se encuentran pensando en su disfraz para el festejo favorito de muchos, Halloween . Ahora, gracias a Netflix y al creativo detrás de series como American Horror Story, Ryan Murphy, la fascinación por los asesinos en serie y, especialmente, en el Caníbal de Milwaukee, ha incrementado, lo que hace contemplar a muchos el disfrazarse de Jeffrey Dahmer.
En general, el tomar un personaje del horror que nos gusta para personificarnos de él o ella en vísperas de Halloween está bien, es totalmente divertido y nos saca de la rutina, para enfrentar, de una forma más amigable, nuestros miedos más profundos, sin embargo, existen líneas que una persona no debe cruzar.
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La realidad es que Dahmer – Monster: The Story of Jeffrey Dahmer es una serie fuera de lo común, que en lugar de glorificar al asesino serial , nos muestra el lado más incómodo y siniestro de este personaje con la gran actuación de Evan Peters , lo que nos hace reconsiderar si el tomar una peluca rubia y unos lentes de gota resulta una buena idea para celebrar la Noche de Brujas.
Primero que nada, cuando pensamos en otros personajes clásicos que funcionan como un gran disfraz, por ejemplo, Michael Myers o Jason Voorhees , son asesinos de ficción, que impactan, pero al final de cuentas, no han acabado con la vida de nadie en la vida real, al menos no de forma directa.
Sin embargo, el caso específico de Jeffrey Dahmer es muy distinto, sobre casi cualquier otro asesino en serie, con algunas excepciones, como John Wayne Gacy , quién violó y asesinó a muchísimos niños, mientras que iba a fiestas infantiles y eventos de caridad vestido de Pogo, el payaso.
En primer plano, consideremos a las víctimas , sabemos que la mayoría no vivimos en el mismo país donde sucedieron los crímenes, sin embargo, hay que mostrar un poco de empatía a las personas que vivieron una muerte horrible, además de sufrir abuso sexual, recordemos que muy cerca de nosotros ocurren casos de violaciones y asesinatos, especialmente a mujeres, entonces, glorificar a un criminal que cometió estas crudas atrocidades si resulta bastante insensible.
En este tren de pensamiento, también debemos considerar lo que Dahmer representa ante la comunidad LGBTQI+, pues sus crímenes fueron dirigidos a hombres homosexuales, lo que resultó como un fuerte factor para que sus crímenes permanecieran impunes por mucho tiempo, teniendo muy en claro que Jeffrey Dahmer no es un ícono de la comunidad, todo lo contrario.
Todos los días se viven crímenes de odio hacia las personas de la comunidad LGBTQI+, que es muy notorio en Latinoamérica, y el tomar el disfraz del Monstruo de Milwaukee demuestra más que indiferencia, puede incluso glorificar o hasta fomentar la homofobia.
Seguramente pasó por tu cabeza que Jeffrey Dahmer “era gay”, pero temo decirte que esto es completamente irrelevante y mejor hay que glorificar a los íconos que han luchado por los derechos de la comunidad, como Harvey Milk o Keith Haring.
Los asesinos en serie pueden llegar a tener un estatus casi de estrellas de rock y no está mal sentir fascinación por estos personajes, sin embargo, hay que trazar una línea entre lo interesante y los crímenes que cometieron, entonces es una buena idea reconsiderar los motivos antes de disfrazarse de Jeffrey Dahmer u otros personajes de crimen real.
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