La ficción nos ha presentado villanos de todo tipo, algunos que representan la encarnación de la maldad pura que han sido fuente de muchas pesadillas, aunque, por otro lado, existen personajes en la vida real que superan, y por mucho, lo que hemos visto en la pantalla, como Jeffrey Dahmer.
Su nombre completo es Jeffrey Lionel Dahmer y fue un asesino serial que aterrorizó a la comunidad LGBTQI+ desde la década de los 70 hasta inicios de los 90, que ha sido llamado como El Caníbal de Milwaukee, por los actos atroces que realizó a sus víctimas.
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Dahmer ha sido inspiración de muchísimas series, películas, obras de teatro y libros, pues sus actos incluyeron asesinatos, desmembramientos, abuso sexual, canibalismo y necrofilia, dejando atrás un total de 17 víctimas, y ahora, Netflix llega con una serie biográfica sobre el también llamado Monstruo de Milwaukee, titulada Dahmer – Monster: The Jeffrey Dahmer Story.
En la mayoría de los casos, los asesinos seriales se originan a partir de trastornos mentales y severos traumas durante la infancia y adolescencia, sin embargo, la niñez de Jeffrey Dahmer no fue traumática.
Infancia y adolescencia de Jeffrey Dahmer
A pesar de que su ambiente familiar no era perfecto, pues su madre sufría depresión e incluso trató de suicidarse, además que su padre era un poco distante al estar tan abrumado por sus estudios y trabajo, se dice que Dahmer era un niño feliz, amable y carismático.
Desde muy temprana edad, Jeffrey presentó interés por los huesos y cadáveres de animales muertos, los cuales coleccionaba y, en algunas ocasiones, experimentaba con ellos, pues aseguró que encontraba fascinante el sonido que hacían estos al chocar unos con otros, llamándolos “palos de violín”.
Al entrar a la adolescencia, Dahmer se volvió más retraído, además de que empezó a beber alcohol con frecuencia desde los 14 años, que llevaba a la escuela a escondidas.
A pesar de que no tenía muchos amigos, ganó popularidad al convertirse en el payaso de la clase, haciendo bromas y chistes constantemente, lo que sus compañeros llamaron como “hacer un Dahmer”.
Durante esta época, Jeffrey Dahmer se dio cuenta de que era gay y comenzó una relación con un chico de su edad, aunque esto no lo confesó nunca a sus padres, encima de esto, comenzó a fantasear sobre dominar y controlar a una pareja masculina completamente sumisa, que las empezó a relacionar con un fetiche hacia el pecho y torso, lo que pasó a relacionar con la disección.
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Víctimas de Jeffrey Dahmer
Al poco tiempo de graduarse, en 1978, Dahmer dio un aventón a Steven Hicks de 19 años, quien salía de un concierto y buscaba la forma de llegar a casa y, de acuerdo a las declaraciones del propio Jeffrey, empezó a sentirse excitado al ver el pecho de Hicks, así que lo invitó a su casa, que se encontraba sola, para beber algunas cervezas.
Ya en casa del Caníbal de Milwaukee, pasaron las horas mientras bebían y escuchaban música, sin embargo, Hicks mostró deseos de irse a casa, algo que molestó a Dahmer, quién lo atacó con una barra de hierro y, acto seguido, comenzó a estrangularlo mientras estaba inconsciente para más tarde, masturbarse sobre el cadáver.
Dahmer diseccionó el cadáver de Hicks para enterrarlo en su patio trasero, aunque semanas más tarde, exhumó el cuerpo para disolver la piel en ácido, tirarla al drenaje, pulverizar los huesos y esparcirlos en el bosque que se encontraba atrás de su casa.
Este fue el primer asesinato de Jeffrey Dahmer, sin embargo, conforme pasaron las víctimas, el Caníbal comenzó a volverse más preciso y valiente con los cadáveres.
En el transcurso de ese mismo año, intentó abusar de un niño de 13 años, sin embargo, este denunció a Dahmer, quién pasó 10 meses en la cárcel.
Desde 1978, hasta 1991, Jeffrey Dahmer mató a 17 hombres y niños, de los cuales, 12 murieron en su departamento, además que resalta la variedad de etnias vulnerables que Dahmer buscaba en sus víctimas, y es que 14 de los asesinatos fueron dirigidos a minorías, 9 de ellos, afroamericanos.
La mayoría de sus objetivos eran drogados y estrangulados o abatidos a la muerte y para sus últimos crímenes, perforó un agujero en sus cráneos con el fin de inyectarlos con ácido para convertirlos en una especie de zombis.
La mayoría de sus asesinatos, especialmente los que cometió en su vida adulta, incluyeron la conservación de las partes del cuerpo como trofeos, especialmente del esqueleto, aunque existieron casos en los que conservó la cabeza con todo y piel, al grado de encontrarla llena de gusanos.
Arresto y muerte de Jeffrey Dahmer
Su arresto llegó hasta 1991, después de tratar de matar a Tracy Edwards, quién escapó y denunció a Dahmer.
Jeffrey Dahmer murió el 28 de noviembre de 1994 en prisión, cuando fue enviado a lado de otros dos presos, Jesse Anderson y Christopher Scarver, a realizar sus labores y mientras estaban en las regaderas, Scarver tomó una barra de metal de 51 centímetros y abatió a Dahmer y Anderson hasta provocarles heridas severas que derivaron en la muerte de ambos.
La serie inspirada en Jeffrey Dahmer, Dahmer – Monster: The Jeffrey Dahmer Story, ya está disponible en Netflix y podrás conocer más a detalle todas las atrocidades cometidas por El Caníbal de Milwaukee.
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