Mar de Regil sin duda alguna no es ajena a la atención mediática, no después de crecer en una familia mediática y al ser hija de Bárbara de Regil . Sin embargo, en pasados días Mar llamó la atención del Internet cuando su galería (seagallery) y pinturas se viralizaron, provocando que surgieran decenas de memes haciendo mofa de su estilo.
Entre las quejas que surgieron están que algunos son diseños copiados, y se puso en duda su talento artístico así como los sujetos de sus dibujos pues en su mayoría responden a figuras de la cultura pop como Garfield, Homero de Los Simpson o Rico McPato.
Pero lo que ha puesto el dedo en la llaga han sido los precios elevados de las pinturas de Mar de Regil. Con base en capturas de pantalla de mensajes que usuarios intercambiaron con la cuenta de la galería de Mar de Regil se sabe que el precio de los cuadros va desde los 3 mil pesos hasta arriba de los 30 mil pesos.
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Sin duda las críticas, burlas y memes han sido las que más alcance han tenido y es que el sentimiento de indignación es más fácil de propagar. También se han visto reflexiones sobre cómo este nuevo emprendimiento de Mar de Regil no es más que una práctica común entre la clase “privilegiada”, y donde en este mercado siempre habrá quien consuma. Mientras que otros han salido a defender a la también influencer diciendo que los precios de Mar son señal del valor que ella le da a su propio arte y que si otros no hacen lo mismo es indicativo de otra cosa.
Si bien, eso lleva a una discusión sobre el verdadero valor del arte, también sería posible hablar de un fenómeno que permea no sólo el arte, sino cualquier otra industria, en el que las personas con un buen número de seguidores tienen mejores posiblidades de comercializar sus productos o conseguir un trabajo (por ejemplo, el fenómeno de las nuevas modelos e influencers como Kendall Jenner o Gigi Hadid), entre otras temáticas como los nepo-babies.
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Lejos de esos temas, y de los memes de Mar de Regil que se mofan de las pinturas, también ha crecido una nueva tendencia que aprovecha la burla para que otros usuarios de Twitter que son artistas aprovechan para compartir fotografías de sus cuadros y hasta bordados, recalcando también sobre el precio considerablemente más bajo de sus pinturas.
Así que después de todo, este suceso con Mar de Regil se ha convertido en una oportunidad perfecta no sólo para reir, sino también para reflexionar sobre el mercado del arte nacional, pero para conocer a otros artistas independientes que bien pueden necesitar de la exposición.
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