Una de las parejas que han dado muchísimo de qué hablar desde hace bastante tiempo son Jennifer López y Ben Affleck, y es que después de 20 años de separación, ambas celebridades retomaron su vida juntos, y hasta se casaron en secreto en Las Vegas. Después de muchos intentos de encontrar hogar, los protagonistas de Gigli se han asentado en una mansión ubicada en Beverly Hills conocida como “Walingford Estate”.
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Ben y Jen no perdieron el tiempo, e inmediatamente comenzó el movimiento dentro de las instalaciones, que cuenta con una sala de cine, un lounge para whiskey, una cava, y hasta un spa equipado hasta con un salón de belleza, y como dirían en esos comerciales de venta por televisión, eso no es todo, el terreno también incluye un complejo deportivo separado, que incluye un ring de box, una cancha de pickleball y una sala de deportes.
La adquisición de esta propiedad resultó toda una ganga para los recién casados, y es que el valor inicial del complejo era de 135 millones de dólares, pero a inicios del año se rebajó a 75 millones, pero la negociación pudo reducir el precio a 60 millones.
Y, aunque suene a la premisa de una película de terror (Amityville, ¿eres tú?), esto puede estar notablemente ligado al hecho de que una serie de delitos graves fueron cometidos en las instalaciones de esta mansión, por lo que existe mucha especulación sobre una maldición detrás del complejo.
El historial delictivo dentro del Walingford Estate empieza en 2004, cuando Curtis Somoza adquiere esta mansión por 14 millones de dólares, para ser arrestado más tarde por estafar a muchísima gente con un esquema piramidal llamado Ponzi y actualmente cumple una condena de 25 años en prisión.
Después de que Somoza fue capturado en 2007, el complejo pasó a manos de una empresaria coreana llamada Jeoung Lee, que realmente adquirió esta construcción para rentarla a personas acaudaladas, ya sea para fiestas o estancias cortas, como actualmente lo hacen empresas del tipo de Air BNB.
8 años más tarde, Lee vendió la propiedad al príncipe Majed Abdulaziz Al-Saud, quien mantuvo a tres mujeres privadas de su voluntad por 3 días, mientras las mantuvo bajo el efecto de drogas y abusó sexualmente de ellas, alegando que, al ser de la realeza, podría hacer lo que quisiera sin consecuencia alguna.
¡No eres una mujer! ¡No eres nadie! Yo soy príncipe y haré lo que quiera sin que nadie me haga nada!
Las 3 mujeres de 29 años denunciaron al aristócrata y actualmente se encuentra en prisión.
Aunque esta nueva mansión tenga un oscuro pasado, tal vez la llegada de Jennifer López y Ben Affleck al Walingford Estate sea la prueba de que todos merecemos una segunda oportunidad, ya sean exnovios que se reconcilian 20 años después, o una mansión utilizada para cometer una serie de crímenes.
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