El libro titulado Unleashed (Desatado) del exprimer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, no ha llegado a los estantes de las librerías del mundo y ya está dando de qué hablar. En este escrito, el político ha sacado a la luz varios secretos de la realeza, algunos que implican a la reina Isabel II, que murió el 8 de septiembre de 2022.
Esto se ha dado a conocer gracias a que Unleashed fue enviado previamente a miembros de prensa, quienes ya han compartido algunos de los puntos más relevantes de las memorias del exprimer ministro durante su administración, de 2019 a 2022. Dentro de los distintos párrafos que han llamado la atención, resalta uno en el que Johnson revela que la monarca de 96 años ya sabía que tenía el tiempo limitado desde antes de terminar su reinado.
Dentro del reporte oficial, se le atribuyeron “causas naturales” a la muerte de la reina Isabel II, sin embargo, el político confiesa que la monarca padecía de un cáncer en los huesos ya avanzado. Esta información era de conocimiento de la reina desde un año antes de su muerte e, incluso, Johnson remarca que los médicos esperaban un declive paulatino en la imagen y salud de Isabel II.
Sabía desde hacía un año o más que tenía una patología de cáncer de huesos, y sus médicos estaban preocupados de que en cualquier momento pudiera entrar en un declive brusco.
Boris Johnson vio personalmente a la reina dos días antes de que ella perdiera la vida, cuando renunció a su cargo el 6 de septiembre de 2022, momento en el que el secretario privado de la monarca, Edward Young, le advirtió que se preparara para lo peor. Además, resalta entre sus páginas que la salud de Isabel comenzó a ver un notable declive en el verano previo a su muerte.
Edward Young, su secretario privado, trató de prepararme.
Cuando el exprimer ministro describe a la reina en sus últimos días, señala que se veía más encorvada y pálida, además de presentar moretones en las manos y en las muñecas, siendo este el momento en el que Johnson entendió lo que Young quiso decirle
Parecía pálida y más encorvada, y tenía moretones oscuros en las manos y las muñecas, probablemente de goteos o inyecciones.
Algo que resulta bastante inesperado es que, a pesar de que la reina Isabel II ya estaba muy enferma, Johnson revela que se mantuvo completamente cuerda y con una mente totalmente sana. Encima de esto, el político resalta la sonrisa de la monarca, que estuvo presente hasta el último momento, siempre con una actitud positiva.
Pero su mente, como Edward también había dicho, estaba completamente intacta por su enfermedad y de vez en cuando en nuestra conversación todavía mostraba esa gran sonrisa blanca con su repentina belleza que levantaba el ánimo.
Boris Johnson recalca que la gobernante estaba completamente consciente de que su enfermedad pronto tomaría un rumbo inevitable, por lo que pasó sus últimos días asegurándose de que la transición de la corona al actual rey Carlos III, se diera de forma ordenada y pacífica, sumando el cambio de primer ministro.
Como Edward Young me explicó más tarde”, escribió Johnson, “ella lo sabía todo (sobre su enfermedad) el verano que se iba a morir, pero estaba decidida a aguantar y cumplir con su último deber: supervisar la transición pacífica y ordenada de un gobierno al siguiente, y, esperó para añadir otro primer ministro saliente a su récord.
A los pocos días, la reina Isabel II perdió la vida, coronándose como la monarca con el régimen más larga registrada hasta ahora.
Suscríbete aquí a nuestro Newsletter para que estés al día con nuestros contenidos.