Los postres mexicanos son únicos en el mundo y cada región de la República Mexicana nos ofrece una variedad infinita de golosinas tradicionales azucaradas con sabores y texturas como ninguna otra, que mantienen esa tradición y folklore que nos distingue tanto y que supera, por mucho, los dulces comerciales disponibles en cualquier tienda de conveniencia. Uno de los casos más icónicos del norte de México es sin duda alguna el de las coyotas, que son especialmente emblemáticas de Sonora, lugar donde fueron creadas por primera vez.
Cuenta la historia que durante la década de los 50 en Villa de Seris, ubicado en Hermosillo, vivía Agustina Araiza, quién había contraído matrimonio con un ex-militar español, a quién Agustina agradaba preparando las ahora conocidas como coyotas en horno de leña para el postre, siendo una receta íntima y familiar, hasta que Agustina compartió su secreto con su comadre, que así se le llama a la madrina de un niño o niña respecto a sus padres, quien era una reconocida panadera y repostera de Villa de Seris, y ella sería quién lanzó a la popularidad estas gorditas de piloncillo.
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Este delicioso postre del norte de México recibe su nombre por el regionalismo utilizado para dirigirse a un niño en Sonora, pues ahí se les llaman “coyotito” o “coyotita” a los infantes, quienes salían con canastas retacadas de estas gorditas de piloncillo para venderlas en las calles de Hermosillo.
El probar las coyotas es toda una experiencia culinaria, donde el sabor crujiente y tostado de la masa se mezcla con el dulce del relleno de piloncillo, que resulta como una mezcla entre mermelada y cajeta en consistencia y sabor.
¿Cómo se hacen las coyotas?
La elaboración de las coyotas es realmente sencilla, pues el secreto está en lograr el tostado perfecto sin quemar la masa, además de equilibrar el dulce para que no sean tan empalagosas:
Ingredientes
- 1 kilo de harina
- 2 cucharadas de polvo de hornear
- ½ kilo de manteca de cerdo o vegetal
- 2 piloncillos
- ¼ litro de agua
Esta cantidad rinde para 8 personas.
Para el relleno (por coyota):
- Piloncillo rallado (150 gramos)
- Harina de trigo (1 cucharada)
Mezclamos el piloncillo rallado con la harina hasta que quede uniforme y parezca una especie de mermelada.
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Para barnizar
- 1 huevo
- Azúcar (2 cucharadas)
Preparación
Mezclamos la harina con el polvo para hornear, añadiendo posteriormente la manteca; y mezclamos los ingredientes con la punta de los dedos hasta que se formen “chicharitos”.
Agregamos las dos panochas que vamos a disolver en agua y amasamos hasta que se formen unas bolitas del tamaño de una nuez.
Hacemos unas tortitas redondas en una mesa enharinada previamente.
En el centro de una de las tortillas se pone el relleno al gusto y cubrimos con la otra.
Las presionamos muy bien, para más tarde hacer unas hendiduras con la punta de un tenedor sobre la superficie.
Batimos el huevo y barnizamos las coyotas, después espolvoreamos con azúcar al gusto.
Las colocamos en una charola y horneamos en un horno precalentado a 180ºC aproximadamente por 20-25 minutos.
Aunque la receta clásica del relleno es a base de piloncillo, hoy en día podemos encontrar una mayor variedad de sabores, como fresa, piña o guayaba.
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