De acuerdo con tres estudios consecutivos realizados por el Grupo de Investigación en Toxicología de Fauna Silvestre del Instituto español de Investigación en Recursos Cinegéticos, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Instituto Nacional de Limnología (INALI) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), ambos de Argentina, con varios ejemplares de la especie de tórtola sudamericana llamada torcaza para probar su grado de rechazo inmediato a la comida contaminada (repelencia primaria), de aversión aprendida, además de anorexia en esta especie, que incluye falta de apetito debida a la exposición al insecticida imidacloprid y otros neonicotinoides, utilizado en el sorgo, una planta muy similar al maíz que se utilizó como móvil principal para el experimento, resultó en una reducción del consumo de alimento por parte de estas aves en un 97% y a pesar de esto, el 38% de las torcazas que sí fueron expuestas a los insecticidas perdieron la vida, siendo esta la posible causa principal de anorexia en las aves.
Aparentemente las aves garnívoras en general evitan el contacto con alimentos tratados con estos químicos, lo que se traduce en que al esparcir con mayor frecuencia estos neonicotinoides dichos ejemplares podrían evitar alimento con tal de salvar sus vidas, provocando en ellas una posible anorexia.
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Otro insecticida utilizado en este estudio fue la clotianidina, que causó el fallecimiento del 13% de este grupo de aves.
Aún existe esperanza, pues de acuerdo con declaraciones de los científicos, dicha especie sabe reconocer entre el grano tratado y el no tratado:
Las aves no evitaron el consumo de sorgo no tratado después de la exposición al sorgo tratado, lo que indica que la evitación no se generaliza al tipo de alimento sin una señal sensorial asociada
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De acuerdo con el instituto español, este dato es de mayor importacia, pues las implicaciones de resultados contrarios podrían ser un riesgo considerable para la supervivencia de la especie al surgir una aversión generalizada:
Tendría mayores implicaciones en la ecología trófica de las aves granívoras
Así mismo, subrayan que la alimentación con semillas tratadas con estos químicos es un enorme peligro para especies medianascomo la torcaza, pues el mínimo consumo de estas podría acabar en anorexia, alteraciones neurológicas o incluso la muerte del ave.
El trabajo muestra que el consumo de semillas de sorgo tratadas con neonicotinoides es un riesgo ecotoxicológico para especies granívoras medianas como la torcaza.
Esto pone en cuestión el tipo de alimento y el daño que estámos proivocando al alterar el ecosistema de los seres vivos.
¿Tú que piensas?
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