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Napoleón y la adivina que le advirtió sobre sus derrotas

Por: Marilú Morales 05 mayo 2022 • 3 minutos de lectura

Con ayuda de las cartas y la adivina de la época, Napoleón se enteró de las fechas exactas en las que perdería sus batallas más asiduas, su fecha de matrimonio, su divorcio, su exilio y su muerte.

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Napoleón y la adivina que le advirtió sobre sus derrotas
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En la Francia napoleónica, las artes de la adivinación y el tarot en sí mismo eran parte fundamental de la vida del siglo XVIII, Marie-Anne Lenormand, fue la adivina que le advirtió sobre sus derrotas a Napoleón Bonaparte, entre otros hechos históricos.

De acuerdo con la experta en tarot y educadora, Mary K. Greer, el tarot ayuda a las personas a enfrentar cualquier hecho que se aproxime, de la mejor manera posible, tan es así que el hombre de mundo y emperador de Francia, Napoleón, decidió sacarle partido a esta práctica adivinatoria.

Con ayuda de las cartas y Marie-Anne Lenormand, Bonaparte se enteró de las fechas exactas en las que perdería sus batallas más asiduas, así como su fecha de matrimonio, su divorcio, su exilio y su muerte.

Pese a que varias personas de la época pensaban que Lenormand influía en las decisiones de sus consultores para que las cosas ocurrieran de la forma en la que ella las predecía, más tarde se reveló que la cartomancia tenía cierto grado de verdad.

El apogeo de las artes adivinatorias en Francia


Después de ocurrida la Revolución francesa y el derrocamiento de la monarquía de Luis XVI, la angustia se apoderó de todos, incluso diversos rumores sobre el inicio del fin del mundo se hicieron eco a lo largo y ancho del país.

El futuro incierto provocó que las pitonisas y los profetas de la época prosperaran y proliferaran, entre los más escuchados, buscados y seguidos de la época se encontró Marie-Anne Lenormand.

En aquellos tiempos, aprovechando la situación de pánico, los diarios decidieron publicar columnas proféticas y de misterio, en gran parte sobre las profecías de Nostradamus escritas por él entre los años 1503 a 1566. Suceso que lo convirtió en el autor más célebre de la época pese a que murió en 1566.

Así, la adivinación y la cartomancia fueron las artes más importantes para los ciudadanos franceses, a pesar de no ser actos, ni trabajos legales.

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Marie-Anne Lenormand antes de Napoleón Bonaparte

Lenormand es a la fecha la representante más importante de la cartomancia del mundo de todos los tiempos, se dice que aunque el tarot ya existía desde hace 400 años atrás, ella perfeccionó la técnica e incluso sus dotes hicieron que varios famosos de la época la buscaran para pedirle sus servicios de adivinación.

Las primeras adivinaciones de Marie-Anne sucedieron cuando tenía 7 años, al ser huérfana fue educada en un convento benedectino, donde adivinó quiénes serían los sucesores de su director destituido.

A sus 14 años y una vez fuera del convento, se dirigió a París, donde profesionalizó su arte al estudiar oráculos griegos y romanos, druidas, adivinación, la cábala judía y horóscopos. Además, estableció una librería donde ofrecía consultas de tarot de manera clandestina, situación que la llevó a pisar la cárcel en tres ocasiones.

Para sorpresa de muchos, en la cárcel fue donde conoció a Josephine de Beauharnais, a quien le aseguró que años más tarde tendría uno de los matrimonios más ventajosos de la historia, la mujer se convertiría en la esposa de Napoleón Bonaparte.

Marie-Anne Lenormand, la asesora y adivina de Napoleón Bonaparte

Gracias a la innegable amistad entre Marie y Josephine, es que la adivina comenzó a trabajar para Napoleón Bonaparte, convirtiéndose en un miembro no oficial de su séquito, una asesora importante.

Para ese entonces, la élite de la sociedad parisina (sacerdotes, nobles, magistrados y soldados) acudían a ella para solicitar sus predicciones.

Marie no solo predijo el matrimonio de Josephine y Napoleón, también habló sobre su divorcio, así como la derrota que sufriría el emperador ante Rusia en 1812, la pérdida de la batalla de Waterloo en 1815 y se dice que le dio en su momento la fecha completa de su exilio: 15 de julio de 1815.

Una vez derrocado el imperio napoleónico y a sabiendas de las hazañas adivinatorias de Marie-Anne Lenormand, tanto el Zar Alejandro I de Rusia como Federico Guillermo III de Prusia se convirtieron en sus asiduos clientes.

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