Desde tiempos prehispánicos el Centro Histórico ha sido el epicentro del comercio en la Ciudad de México; actualmente sigue siendo una zona importantísima de intercambio mercantil. Sánchez explicó que una tienda departamental es una casa comercial que apareció en el paisaje mexicano a finales del siglo XIX, ya con una división por áreas para presentar las mercancías de manera ordenada, lo cual las distinguió de los negocios informales. Más que “tiendas departamentales”, se les llamaba “gran almacén”. Eran espacios modernos que pretendían distinguirse de negocios tradicionales.
Estos son otros datos interesantes:
1. El primer gran almacén de la Ciudad de México fue El Palacio de Hierro
Se inauguró en 1891 y se estableció como una guía para que otros grandes almacenes se fueran estableciendo cerca, lo que configuró un rumbo de compras con este tipo de negocios modernos para la época.
2. El Zócalo y el shopping de lujo
En esa época, el Zócalo era un rumbo donde se podían hacer compras de lujo. Entre más alejados estuvieran los negocios de las calles céntricas, se iban volviendo más sencillos y populares.
3. Su aparición cambió hábitos de consumo
Por ejemplo, ofrecían atención personalizada para los clientes. Además, hasta antes de la existencia de las tiendas departamentales se permitía el regateo. Otras de las innovaciones que implementaron fueron los precios fijos de las mercancías y la publicidad que hacían de sus productos.
4. Más opulentas que en Francia
Aun cuando la construcción la realizaban arquitectos y constructores mexicanos, los planos se hacían en Francia, por lo que su diseño estaba inspirado en la arquitectura de las tiendas departamentales de París. Sin embargo, el resultado que se lograba aquí en México era de mayor opulencia que el de allá.
5. De los creadores de la Torre Eiffel
Se dice que los planos de El Palacio de Hierro fueron diseñados por arquitectos que participaron en la construcción de la Torre Eiffel.
6. Espacios recreativos
Los promotores de las departamentales invitaban a las mujeres de aquella a época a asistir con sus amigas para que conocieran los espacios. Las tiendas departamentales se convirtieron en espacios públicos a los que la gente podía asistir para pasar el tiempo. Las compras dejaron de ser una actividad aburrida o pesada, se volvieron una actividad recreativa y surgió la noción de que se podía ir a ver nada más, sin tener que comprar.
7. Puntos turísticos
Eran visitados por personas del interior de la República, quienes viajaban a la Ciudad de México para comprar todo tipo de cosas.
8. Punto de comercio
En el Zócalo había mucho ambulantaje y también tiendas departamentales, entonces todas las clases sociales acababan conviviendo en un solo lugar.
9. Tipos de empleados
En las tiendas más grandes había varios tipos de empleados: los dependientes o vendedores, los sastres, las modistas y las costureras.
10. Importados desde Francia
En la primera década del siglo XX, los dependientes eran hombres jóvenes de entre 18 y 30 años de edad, que provenían del sur de Francia. Por lo general eran reclutados desde allá o ya venían recomendados. Esto lo confirma el hecho de que en los anuncios clasificados de esa época en México, nunca se solicitaban candidatos para ese tipo de puestos.
11. Entrenamiento forzado
Estos empleados franceses llegaban a México sin hablar español, por lo que durante sus primeros dos años en el país les tocaba hacer las labores más ingratas de la tienda en lo que aprendían el idioma. También aprendían técnicas de venta, cómo usar de la caja registradora y otros requisitos de su puesto.
12. Atención por género
Los sastres y las modistas –quienes atendían a hombres y mujeres, respectivamente–, también eran de origen francés.
13. Glamour francés
La apuesta de estas tiendas era la distinción, la elegancia y el buen gusto que en ese entonces representaba la cultura francesa.
14. Reivindicación laboral
En su mayoría, las costureras eran mexicanas y no tenían contacto directo con la gente; algunas de ellas vivían en el almacén. También surgieron las reivindicaciones laborales: en 1914 hubo una huelga de costureras, quienes pedían mejores condiciones. Para que se les pagara mejor, que no se les cobrara por los hilos ni por las máquinas que usaban que a veces se les alquilaban.
15. Negocios que sobreviven
Aun cuando en 1914 El Palacio de Hierro se incendió después de haber pasado por una extensa remodelación y además se vivían los años de la Revolución Mexicana con su correspondiente crisis económica, el negocio logró mantenerse a flote.