México es un destino paradisiaco pero también místico y hasta mágico. Hogar de grandes sucesos inexplicables que llevan al asombro a propios y extraños. Un lugar donde vivió Pachita, la chamana que realizó exitosos trasplantes de órganos con un simple cuchillo de cocina.
Pachita, la chamana
Cuenta la historia que Pachita nació en el Parral, Chihuahua con el nombre de Bárbara Guerrero en el año 1900.
Se consideró huérfana, sus padres la abandonaron por completo en sus primeros años de vida. Así, fue cuidada y criada por Charles, un africano maestro en las artes de la sanación y quien le enseñó las claves de su proceso de curación, manejo de energías, leer las estrellas y el oráculo.
Sus múltiples cualidades la llevaron años más tarde a formar parte de la historia como una de las chamanas más poderosas del país, a quien acudieron personalidades de la política.
Las cirugías con un cuchillo de cocina
Gracias a la herencia de Charles, Pachita se convirtió en chamana pero fue durante la década de los años 70 que su fama creció como la espuma.
Instalada en la Casa de las Brujas de la colonia Roma, es donde sucedía lo inexplicable y se realizaban todo tipo de consultas, además de las excéntricas cirugías que realizó sin necesidad de instrumentos médicos, ni morfina, solo con un cuchillo de cocina.
Las cirugías de Bárbara consistían en abrir al paciente con el cuchillo, extraer los órganos dañados y colocar uno nuevo “materializado” como si se tratara de un hechizo. Para terminar, la chamana cerraba la herida con sus propias manos.
Se dice que era capaz de materializar y desmaterializar órganos específicos y tejidos, por lo que podía manejarlos a voluntad, una situación que le facilitaba hacer curaciones incluso si el paciente se encontraba en otro lugar.
La magia detrás de Pachita
La chamana nunca se atribuyó los dones como propios. Creyó que provenían de una fuente más poderosa. Decía que su cuerpo era poseído por el espíritu de Cuauhtémoc o “hermanito”, como cariñosamente le hablaba.
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Diversos estudiosos y científicos trataron de revelar el secreto de la magia detrás de Pachita, incluso Jacobo Grinberg escribió un libro sobre ella antes de desaparecer misteriosamente.
Una investigación que reveló una parte de la magia. Narró que Pachita se introducía en un trance que la llevaba a cambiar de personalidad, de ahí que ella asegurara una y otra vez que era poseída por el tlatoani a fin de seguir curando a las personas mediante otro cuerpo.
Incluso Jacobo contó en su libro que durante el cumpleaños de Cuauhtémoc, el consultorio era decorado con flores e incienso, un momento en el que Pachita cedía una vez más su cuerpo para comunicar sus deseos y amor.
Entre las personalidades más reconocidas que visitaron a Pachita y que pudieron constatar su trabajo, se encuentran el ex Presidente Luis Echeverría, el escritor, Alejandro Jodorowsky, el investigador, Salvador Freixedo, el psicólogo Stanley Kippener, entre otros.
El paradero de Grinberg sigue siendo un total misterio, desapareció sin dejar rastro. Bárbara Guerrero, alias Pachita, falleció en la Ciudad de México, el 29 de abril de 1979.
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