La apertura de los Juegos Olímpicos está siempre llena de significado, y un momento de suma importancia en esta ceremonia es el encendido de la antorcha, donde arde la Llama Olímpica. Este momento tan memorable comenzó en las Olimpiadas de Berlín en 1936, tomando inspiración en la llama eterna de la Antigua Grecia , que se colocaba frente a los templos más importantes de la región.
Aunque Alemania fue la ocasión inicial en la que se vieron los relevos de la Antorcha Olímpica, en los juegos de Ámsterdam de 1926 estuvo presente de cierta forma, colocando estas llamaradas en una torre de 40 pisos conocida como Marathontoren. En esta, el fuego no fue generado por un atleta, más bien, fue de la mano de un empleado de la compañía de gas, para evitar algún tipo de incidente.
Con el paso de los años, el encendido de esta simbólica flama se ha convertido en una oportunidad para que cada país explote su creatividad, sorprendiendo al público con cada hazaña innovadora. Lo que es una constante es que siempre inicia en las ruinas arqueológicas de Olimpia , ciudad griega, cuna de dicho evento desde tiempos muy antiguos.
De este modo, se pone en marcha este preludio meses antes de la apertura oficial de los Juegos Olímpicos, que en 2024 se llevarán a cabo en París, del 26 de julio al 11 de agosto. La Llama Olímpica, que recorrerá varios kilómetros, desde el Templo de Hera hasta Atenas, y de ahí, hasta la ciudad que será sede del mayor evento deportivo a nivel mundial.
La combustión inaugural es realizada por sacerdotisas de Hestia, diosa que representa el fuego del hogar, que en realidad son actrices en vestimentas tradicionales de la Antigua Grecia . La flama es avivada exclusivamente por medio de los rayos del sol, con la finalidad de mantener la pureza de dicho elemento, y es colocada en una urna para dar comienzo al trayecto hasta el estadio antiguo, donde espera el primer portador del relevo.
El origen histórico del relevo de la Llama Olímpica está inspirado en la conocida como tregua olímpica, donde varios mensajeros salían de la ciudad de Elis cargando antorchas a las diferentes polis griegas. La misión de estos emisarios era la de notificar a cada uno de estos territorios la fecha exacta en la que se llevarían a cabo los juegos, y estas ciudades tenían la obligación de detener toda actividad bélica, para que atletas y público pudieran viajar con relativa seguridad.
Encima de esto, dicha luminaria hace referencia a Prometeo, quien robó el fuego de los dioses como regalo a la humanidad, lo que provocó que este fuera castigado, encadenado para que un buitre devorara sus entrañas por toda la eternidad. En la actualidad, el diseño de la antorcha debe ser aprobado por el Comité Olímpico Internacional, y su función deberá ser específicamente la de mantener la brasa en perpetua ignición.
Cada ceremonia del encendido de la Llama Olímpica tiene una energía especial, pues también representa una luminaria de paz en tiempos difíciles, que en 2024 sigue siendo un hecho vigente y real.
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