Era 1978 cuando por primera vez se proclamó la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, y en los últimos 45 años, los animales, en particular los domesticados, han tomado un mayor papel en nuestras vidas, hasta hoy, que ya puedes considerar a los perros y otros animales de compañía parte de nuestra familia… por lo menos de acuerdo al Décimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa de la Ciudad de México.
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El fenómeno de los perrhijos y la domesticación de los perros
La relación entre humanos y perros no es nada nuev, algunos estiman que los primeros perros fueron domesticados hace 30 mil años, gracias a pruebas de ADN, y aunque algunas razas siguen siendo animales de trabajo (habría que pensar en los perros ovejeros, por poner un solo ejemplo), la realidad es que se han ganado un lugar en nuestros corazones y nuestras familias. Y esto no ha sido exclusivo de los perros, pues podríamos decir algo similar con los gatos.
Ahora bien, en los últimos años ha habido un creciente “fenómeno” de los perrhijos y gathijos, animales de compañía o propiamente mascotas que se convierten en parte del núcleo familiar y cuyo cuidado y trato podría asemejar al de un hijo humano. Este fenómeno se ha identificado a la par de circunstancias económicas y sociales: como la inestabilidad laboral, sueldos bajos, entre otros, que causan que en ciertos países se postergue la edad en la que se decide tener el primer hijo.
En ese sentido, ha crecido alrededor del mundo la presencia de familias multiespecie, en donde estos animales son parte esencial de la familia, y donde los lazos afectivos son de suma importancia. Si bien el fenómeno de los perrhijos ha sido fuertemente criticado por humanizar a los animales y tratarlos como a un humano, lo cierto es que la mayoría de quienes tienen un animal de compañía en casa pueden coincidir en que estos animales también son capaces de mostrar emociones.
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Animales de compañía y las familias multiespecie
La decisión del tribunal vino después de que Roberta Romero, interpusiera un amparo para tener un albergue de perros en su casa bajo el argumento de que son una familia multiespecie, esto después de que el Instituto de Verificación Administrativa (INVEA) determinara que su casa no tenía el uso de suelo para ser un albergue de perros.
De acuerdo con la Magistrada Paula García Villegas Sánchez Cordero ( fuente ):
la realidad actual es que los animales domésticos han pasado a ser en algunos senos familiares, parte de los miembros de la familia. Desempeñan un papel de protección, apoyo, compañía, cariño y cuidado hacia los humanos.
Esto hace que los perros, gatos u otros animales de compañía sean considerados jurídicamente como un miembro de la familia, y que personas como Roberta entonces puedan operar su albergue en su hogar, el cual, en 2019 dijo que destinaría el 20% de su casa para los canes.
Incluso, es clara la relación de apego recíproca entre las personas y los animales domésticos, en las familias multiespecie, porque se les trata como parte de la familia. Son, en pocas palabras miembros de ella, de allí la denominación de familia multiespecie o interespecie.
No hay que olvidar que la Constitución ya reconoce a los animales de compañía como seres sintientes, y en paralelo la Declaración de los Derechos de los Animales bien expone que es necesario cubrir sus necesidades básicas, tienen derecho al respeto, ni que ningún animal debe ser sometido al maltrato, entre otros derechos que se suman al reconocimiento de estos compañeros de vida como parte de la familia.
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