Despiertas a mitad de la noche asustado, sin saber bien qué pasó o si lo que acabas de vivir es real o simplemente fue un mal sueño, una pesadilla, que te hace sentir vulnerable.
Las pesadillas pueden ocurrir rara vez o incluso varias veces a la semana, y aunque suelen ser breves, las sientes como si hubieran tardado por horas, y volver a dormir puede ser realmente difícil.
Y en lo colectivo, es bien sabido que las pesadillas te enfrentan a sentimientos de terror, miedo, angustia o ansiedad, tal como sucede en la película clásica de terror, Pesadilla en la calle Elm de 1984, donde el villano Freddy Krueger genera tanto miedo en las pesadillas que le da el poder de matar en la realidad.
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Sueños y pesadillas
De acuerdo con el Instituto de Neurociencia Mahoney de Harvard, los sueños son episodios autobiográficos recientes que se entrelazan con recuerdos del pasado para crear un nuevo recuerdo al que se puede hacer referencia más adelante.
A diferencia de los sueños, las pesadillas son simplemente sueños que provocan una respuesta emocional fuerte pero desagradable.
Los sueños son parte de una red predeterminada del cerebro que permanece activa durante períodos relativamente tranquilos como el sueño REM.
En la etapa REM del sueño se llevan a cabo movimientos oculares rápidos, latidos cardíacos irregulares y aumento de la frecuencia respiratoria. El sueño REM es discontinuo y se divide en cuatro o cinco períodos que en conjunto representan alrededor del 20 por ciento de nuestro sueño.
Es durante estos episodios REM cuando las estructuras cerebrales en la red predeterminada ejercen influencia, y cuando ocurren con mayor frecuencia sueños vívidamente recordado. Las pesadillas tienden a ocurrir cuando los intervalos REM se alargan, a mitad del sueño.
Mientras nos acercamos al momento de despertar, los recuerdos comienzan a integrarse y consolidarse. Se recuerdan las imágenes imaginadas mientras soñamos, incluidas las imágenes vívidas, a menudo aterradoras, producidas durante las pesadillas.
¿Qué son las pesadillas?
Básicamente, se trata de un sueño perturbador relacionado con sentimientos negativos, como ansiedad o miedo que te despiertan. Estas son comunes en niños, sin embargo, pueden manifestarse a cualquier edad.
En niños, las pesadillas pueden comenzar a aparecer entre los 3 y los 6 años, y suelen disminuir al cumplir los 10 años.
Algunas personas tienen pesadillas aún en la adultez o durante toda la vida.
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¿Por qué ocurren las pesadillas?
De acuerdo con Mayo Clinic, estas podrían ser las causas de las pesadillas:
1. Estrés o ansiedad
La vida diaria o un cambio importante, como una mudanza o la muerte de un ser querido pueden generarlas. Incluso, experimentar ansiedad se asocia con un mayor riesgo de tener pesadillas.
2. Trauma
Las pesadillas son habituales después de un accidente, una lesión, abuso físico o sexual u otro evento traumático.
3. Privación del sueño
Los cambios en tu horario que hacen que tu sueño sea irregular, que te despiertes, o que interrumpen o reducen la cantidad de tiempo que duermes, pueden aumentar el riesgo de tener pesadillas.
4. Medicamentos
Algunos medicamentos, como antidepresivos, para la presión arterial, para la enfermedad de Parkinson o para ayudarte a dejar de fumar, pueden desencadenar pesadillas.
5. Abuso de sustancias
El alcohol y el uso de sustancias recreativas o la abstinencia pueden ocasionar pesadillas.
6. Libros y películas de terror
Para algunas personas, leer libros de terror o ver películas de terror, especialmente antes de dormir, se puede asociar con pesadillas.
7. Otros trastornos de sueño
Distintos cuadros de salud mental pueden estar relacionados con las pesadillas, incluso en enfermedades cardíacas o cáncer.
Pesadillas vs terrores nocturnos
Es común confundir las pesadillas con los terrores nocturnos, porque la línea de definición es tan delgada que es fácil pensar en una cuando se trata de la otra.
Los terrores nocturnos no son sueños, se trata de reacciones repentinas de miedo que ocurren durante las transiciones de una fase del sueño a otra y suelen ocurrir dos o tres horas después de que comienza el sueño.
Por ejemplo, los terrores nocturnos a menudo hacen que los niños pateen, griten y se revuelvan, pero, la mayoría de los niños no los recuerdan al suceder fuera de la fase REM del sueño, además de que la sensación de terror no tiene contenido o no existe el tipo de historia narrativa que se experimenta en los sueños, incluidas las pesadillas.
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