El mundo del cacao, desde su cultivo, comercio y consumo es tan grande que, en 1973 se fundó la Organización Mundial del Cacao para promover la sustentabilidad económica, ambiental y social de la industria. Y también tiene su propio día internacional; el 7 de julio se celebra el Día Mundial del Cacao, y no es para menos. El cacao ha sido un elemento muy especial e importante para muchas culturas a lo largo de los años y hasta el día de hoy.
Usos y beneficios del cacao
No solo sirve para hacer chocolate , también se utiliza en diferentes industrias como la cosmética y la medicina. Las propiedades y los beneficios del cacao en nuestra alimentación son altísimos. Además de ser nutritivo, antioxidante y energizante, promueve la producción de serotonina, nos da sensación de bienestar. Estimula el sistema nervioso, ayuda a regular el colesterol y aumenta la función cognitiva -por eso, es mejor elegir los chocolates con alto porcentaje de cacao; aunque sea un poco amargo. La manteca de cacao se usa bastante en productos cosméticos por su efecto hidratante para la piel.
La planta de Cacao o Cacaotero, planta sagrada
La planta del cacao, o cacaotero, es un árbol tropical de talla mediana. Su altura promedio es de cinco metros, pero en estado silvestre puede alcanzar hasta veinte. Lo que convertimos en chocolate son las semillas del fruto de este árbol, mazorcas bastante grandes, de alrededor de medio kilo, que contienen las semillas, que después de fermentarse y secarse, se procesan para preparar el chocolate.
Theobroma cacao, el nombre científico que se le dio a esta planta proviene del griego y significa theo-dios y broma-alimento, “comida de dioses”. Cuando se clasificó científicamente, se le dio este nombre por el uso religioso que ya se le daba en Mesoamérica. La palabra “cacao” está sujeta a debate. Por un lado, se cree que proviene del maya cac-rojo y cau-fuerza/fuego, por el color de la mazorca y porque había sido un regalo de los dioses. Y en náhuatl, cacaoatl, el nombre que daban al fruto del cacahuacuahuitl, terminó abreviándose como “cacao”.
Una planta con mucha historia
Hasta hace poco se pensaba que el cacao es originario de Mesoamérica, que fue domesticado en México por los olmecas y los mayas, pero después de un estudio genético de la planta de cacao criollo, en 2018 se descubrió que la historia del cacao empezó un rato antes.
Encontraron que es originaria del Amazonas, más específicamente del norte de Ecuador, desde hace más de 3 mil 500 años. No se sabe con certeza cómo llegó desde América del Sur al centro del continente, pero las culturas prehispánicas mesoamericanas lo valoraron tanto que comenzaron a cultivarlo e integrarlo a sus rituales religiosos como ofrenda a los dioses –de ahí su nombre Theobroma–, como remedio para malestares físicos y anímicos, como exquisitez a la que solo podían acceder la nobleza y los sacerdotes y como moneda –“el Oro Azteca”–; tal vez fue por eso la confusión de su origen, por el arraigo y el significado de esta planta en nuestro país.
Durante la colonización española, los indígenas ofrecieron una bebida amarga, aromática y de sabor muy intenso que mejoraba el estado de ánimo, daba fuerza y energía. Esta bebida, llamada “xocolatl”, no era como el “chocolate caliente” que bebemos ahora. Antes lo preparaban solo tostando y moliendo las semillas y lo mezclaban con agua fría. Tiempo después, en Europa, empezaron a combinarlo con azúcar y a calentarlo para que su sabor fuera más amigable al paladar. La aceptación y la demanda del cacao en Europa fue tan alta que lo llevaron a las colonias de las zonas tropicales, en el Caribe y África, para cultivarlo, por las condiciones climáticas, extendiendo así los cultivos y el consumo por todo el mundo.
En la actualidad, el cultivo del cacao se sigue realizando en muchos países en todo el mundo, pero donde más se produce es en África. Ahí se cultiva más de la mitad del cacao mundial, principalmente en Costa de Marfil, Ghana y Camerún. En Asia encontramos los mayores cultivos en Indonesia, Papúa Nueva Guinea e India. Mientras que, en América, los mayores productores son Brasil, Ecuador, Perú, República Dominicana, Colombia, Venezuela y México.
Variedades del cacao
Aunque existen varias especies, más de veinte, la Theobroma cacao es la más utilizada para la elaboración del chocolate. Hay tres variedades principales: Criollo, Forastero y Trinitario, y cada una tiene sus particularidades. El cacao criollo es el de mayor calidad, se le clasifica como “Cacao aromático o fino” por su gran sabor y aroma. El problema es que este arbolito no es fácil de cultivar, es muy susceptible a las plagas y no produce gran cantidad de frutos, por lo mismo, es el más codiciado.
El cacao forastero es el más cultivado ya que la planta es mucho más resistente a las plagas y da mayor cantidad de frutos, comercialmente funciona mejor. Su cultivo representa alrededor del 90% de la producción total de cacao en el mundo.
El cacao trinitario, que recibe su nombre porque se originó en Trinidad y Tobago, es un híbrido de Criollo y Forastero, por lo que su semilla es de calidad similar al Criollo y es mucho más resistente a las plagas y enfermedades gracias a la aportación genética del Forastero. Esta variedad, junto con el Criollo, son los cacaos finos y aromáticos.
¿Cuál es la diferencia entre el cacao y la cocoa?
Aunque son lo mismo, hay una pequeña gran diferencia. Cacao es el nombre de la planta, del fruto, sus semillas. Una vez que las semillas se procesan, tuestan y pulverizan, eliminando la mayor cantidad de grasa o manteca de cacao, ahora es cuando adquiere el término “cocoa”, el polvo de cacao con lo que se prepara el chocolate y diferentes alimentos. En realidad, solo cambia el nombre antes y después de procesarse para consumirlo.
Cuenta la leyenda…
El cacao está fuertemente relacionado con la espiritualidad ya que las civilizaciones antiguas mesoamericanas lo consideraban un regalo de los dioses. Quetzalcóatl, la serpiente emplumada y dios de la vida, lo robó de la tierra de los dioses y lo obsequió a los humanos por el sacrificio de su esposa, quien fertilizó la tierra con su sangre para alimentar la planta. Le pidió a Tláloc, dios de la lluvia, que lo regara y a Xochiquétzal, diosa del amor y la belleza, que lo adornara con flores y frutos. La intención de Quetzalcóatl con este regalo era que los humanos pudieran estar bien alimentados, obtener riquezas –al usarlo como moneda– y se pudieran dedicar a las artes y las ciencias, ya que eran un pueblo muy trabajador.
El sabor amargo y fuerte, y el color obscuro de las semillas de cacao, se relacionan con el sacrificio, la fortaleza y la sangre de la princesa. Esta conexión religiosa de la planta de cacao la convirtió en un portal al mundo espiritual donde los chamanes podían consultar a los dioses y recibir consejos. También lo daban a beber a los guerreros antes de una batalla, por su efecto energizante y vigorizante, no cualquiera podía tener el privilegio de beber “xocolatl”.
Aunque el cacao no sea exclusivamente mexicano, está arraigado en nuestra cultura, tradiciones y economía, y le tenemos un amor especial por toda la historia que tenemos con esta planta. La próxima vez que comas chocolate, o si puedes comer cacao puro, tal vez puedas sentir la conexión espiritual de tanta historia y magia que nos ofrece este regalo y alimento de dioses.
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