En ocasiones creemos que nuestras plantas han muerto porque las vemos demasiado secas y marchitas, pero no necesariamente es el caso. Recordemos que las plantas son guerreras, luchan hasta el último momento por adaptarse y sobrevivir; vamos a ayudarlas a recuperarse antes de darnos por vencidos y tirarlas.
Existen varias razones por las que una planta puede morir cuando la tenemos en casa bajo nuestros cuidados, las más comunes es por falta o exceso de riego o por alguna plaga que no detectamos a tiempo. Cual sea el caso, vamos a revisarla para saber si podemos rescatarla y mejorar sus cuidados posteriormente.
Cómo saber si una planta está muerta
Lo primero que vamos a hacer para verificar si aún podemos rescatarla es cortar algunas partes de las ramas o el tronco para ver si el interior aún está verde. Si hay verde, hay esperanza. Es importante que las tijeras que usemos estén bien afiladas y desinfectadas para no maltratar las partes donde hagamos el corte y evitar contagios de alguna plaga o enfermedad.
¿Dónde hacer el corte? Empecemos por las puntas y vamos cortando cada vez más abajo hacia el tronco para eliminar lo menos posible hasta encontrar el punto donde nuestra planta sigue con vida. Vamos a hacer esto con cada una de las ramas y tallos para eliminar todas las partes muertas de la planta y dejar solo los tallos y troncos que siguen con el interior verde.
Lo siguiente que haremos es investigar qué le está pasando a nuestra planta, por qué está muriendo, para poder corregir los cuidados que le estamos dando o eliminar lo que la esté dañando.
/ Foto: Vitalina Nakonechna/Getty Images
Checklist de Rescate
Esta lista de preguntas es muy sencilla, abarca los principales problemas que se presentan en las plantas que tenemos en casa y te puede ayudar a darte una idea de qué es lo que le está pasando. Es necesario detectar el problema para poder solucionarlo y no terminar de matarla en el intento de rescatarla con mil remedios que tal vez no son lo que necesita en esos momentos.
- ¿Está seca o podrida? Si tocamos las hojas de la planta marchita y notamos que están duras y crujientes, lo más seguro es que nos haya faltado regarla; si, por el contrario, están aguadas, seguramente se nos pasó el riego.
- ¿Está recibiendo suficiente o demasiado sol? No todas las plantas tienen la misma necesidad de luz solar –es importante conocer el tipo y la cantidad de exposición solar que nuestra planta requiere- y reubicarla a un lugar con sol directo, luz filtrada o sombra para que esté más cómoda. Esto lo notamos en la coloración de las hojas, si vemos que se “despintan”, es falta de luz. Si las vemos con manchas cafés y partes secas, exceso de sol.
- ¿Le faltan nutrientes? A veces vemos nuestras plantas marchitas, aún con los cuidados de siempre y no sabemos qué les hace falta. Debemos recordar fertilizarlas cada tres meses aproximadamente –dependiendo de la especie. Hay que darles los nutrientes necesarios para que se desarrollen y crezcan fuertes y sanas.
- ¿Tiene bichitos? ¿Notas la presencia de algún bicho o insecto sobre los tallos, ramas u hojas? Es posible que alguna plaga se esté comiendo tu planta. Si no se ha extendido demasiado, podrías rescatarla tratando la plaga.
- ¿Cómo están el sustrato y la maceta? Cuando hemos tenido una planta en la misma maceta y con el mismo sustrato durante mucho tiempo, es posible que nuestra planta haya crecido tanto que ya no cabe y es necesario cambiarle el contenedor para que tome fuerzas y se siga desarrollando. O, es posible que el sustrato ya no tenga los nutrientes necesarios para que siga alimentándose y debemos cambiarlo. Si tu planta ya tiene varios meses o años en el mismo contendor, puedes empezar con estos cambios para ayudarla a recuperarse.
Esperamos que este checklist de rescate te ayude a conocer mejor las necesidades de tus plantas y puedas atenderlas de acuerdo a sus necesidades para que se conviertan en tus compañeras de muchos años. Recuerda que aprendemos sobre la marcha y con la experiencia. Observémoslas y aprendamos a leerlas para saber lo que necesitan, ya sea ajuste en el riego, reubicación por falta o exceso de sol o simplemente consentirlas con un poco de fertilizante de vez en cuando.
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