Hollywood y hasta la literatura nos han hecho creer que el fin del mundo puede ocurrir por apocalipsis zombies, asteroides con una trayectoria hacia la Tierra o una invasión alienígena… pero el deshielo de los glaciares es quizás una de las amenazas más graves para la humanidad y el mundo como lo conocemos.
Hablar del deshielo glaciar es hablar del calentamiento global y de las consecuencias irreparables que puede haber, así como de la pérdida del delicado balance en la naturaleza.
La elevación de la temperatura implica olas de calor intensas –que han resultado incluso en automóviles derretidos o la muerte de personas y animales–, largos periodos de sequía o incendios forestales; del otro lado de la moneda, también puede provocar que en ciertas regiones del mundo las tormentas, ciclones y otros fenómenos de este tipo se intensifiquen, aumentando las inundaciones y la destrucción de hogares y hábitats completos; así como la escasez de alimentos, pérdida de especies, riesgos de salud serios y hasta la migración climática.
El calentamiento global también provoca que la temperatura de los océanos se eleve, y esto causa que los glaciares se derritan aún más rápido, y que el nivel del agua suba.
Los glaciares: una región en peligro
Los glaciares pueden ser majestuosos, tener sonidos impresionantes, albergar formas de vida que nos enamoran (como los osos polares) o esconder entre las capas de hielo formas primitivas de microorganismos que existieron miles de años atrás. Según los datos del World Wildlife Fund el 10% de la superficie terrestre está cubierta de hielo glacial y 90% de éste se encuentra en la Antártida y el resto en Groenlandia.
En general, los glaciares se caracterizan por ser grandes bloques de hielo que se desplazan lentamente por la Tierra. Los encontramos en las montañas (llamados glaciares alpinos) y los casquetes que son extensos mantos de hielo que cubren extensiones muy largas en los polos. Además, los glaciares en los polos tienen una gran función: ayudan a que la temperatura de la Tierra se reduzca, por tanto, al haber menor extensión la temperatura se incrementa aún más.
Ahora bien, en las últimas décadas el deshielo de los glaciares se ha acelerado tanto que los científicos estiman que un tercio de los que restan desaparecerán antes del 2100 y desde el año 2040 el Ártico podría quedarse sin hielo durante los veranos, aumentando así la temperatura y nivel de los océanos. ( Fuente ) Por otro lado, científicos estiman que el glaciar Thwaites, el más grande de la Antártica, podría colapsar en 200 años aproximadamente, por lo que lo han apodado como el glaciar del juicio final.
El glaciar del juicio final
La idea del juicio final o el apocalípsis está relacionada con el glaciar Thwaites, el cual funge como una especie de protección de la cubierta de hielo antártica. La cuestión es que si esta capa de hielo se derritiera, el océano podría elevarse casi 3.3 metros más… de acuerdo con Scientific American y un estudio publicado en 2024 que usó imágenes satelitales y otros datos hidrológicos encontraron que el agua caliente está fluyendo por debajo del glaciar, acelerando su derretimiento. Esto quiere decir que si el glaciar del juicio final se derrite por completo, el nivel del mar incrementará 65 centímetros, una cifra que si bien no parece ser demasiado, en realidad es un gran volumen a nivel mundial.
Consecuencias del deshielo de los polos
Tan sólo el derretimiento del glaciar Thwaites –así como de los casquetes polares– implica en gran parte que las zonas costeras se cubrirán con agua de mar, lo cual quiere decir que lugares como Miami, Nueva York, Londres, Shanghai y hasta las Islas del Pacífico quedarían sumergidas bajo el agua.
El agua dulce disponible en el mundo también se reduciría drásticamente ya que los glaciares (principalmente los alpinos) son una gran fuente de ésta, afectando a humanos, flora y fauna por igual.
El agua del océano también tendría menos sal, y esto es quizás una de las consecuencias más preocupantes del deshielo de los glaciares, ya que las corrientes de agua podrían cambiar, alterando por completo el clima del planeta y generando algunos de los efectos que describimos al inicio de este artículo.
/ Foto: Paul Souders/Getty Images
¿Cómo detener el deshielo de los glaciares?
Los esfuerzos para detener el deshielo de los glaciares y los polos comenzaron desde hace años, junto con la conciencia del calentamiento climático y sus graves consecuencias.
No obstante, la actividad humana sigue contribuyendo en gran parte a la emisión de gases que provocan el efecto invernadero y por tanto el incremento de la temperatura terrestre, lo cual ha llevado a que se realicen acuerdos internacionales que buscan reducir la contaminación y emisión de estos gases.
Por otro lado, así como la ciencia cada vez mejora para medir con mayor precisión el ritmo del deshielo de los glaciares, también ha dado pie a la búsqueda de alternativas que ayuden a conservar lo que nos queda en los polos.
Por ejemplo, The Guardian reportó este 2024 sobre el proyecto Seabed Curtain, que busca detener el flujo del agua caliente hacia las orillas y por debajo de la capa de hielo de la Antártida. Para ello, los científicos proponen instalar una cortina que actúe como una barrera, no obstante, aunque la idea puede parecer buena, científicos e ingenieros involucrados aún están lejos de tener un prototipo que se pueda construir, antes de ello, explican, necesitan encontrar los materiales ideales, hacer modelos y simulaciones por computadora, estudiar los efectos de la salinidad del agua, entre otros.
Sin embargo, ésta es tan sólo una medida a un problema que a través de las décadas no hemos sabido resolver como humanidad, y que tristemente, aún nos queda mucho trabajo por delante para efectivamente reducir el calentamiento global y erradicar la amenaza.
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