Seguramente te ha pasado que algunas de tus plantas, sobre todo las suculentas y los cactus, se alargan, se deforman y se decoloran; no se ven sanas. Esto se llama etiolación y es por falta de sol.
Esto sucede porque la planta se estira en un intento desesperado por alcanzar más luz solar, ya que no está recibiendo la cantidad necesaria. Entonces entra en un estado de emergencia y empieza a crecer de manera acelerada, pero solo del tallo, porque en este momento es urgente buscar y llegar a la luz; después ya se preocupará por producir hojas grandes y tallos fuertes para captar los rayos del sol y continuar con su desarrollo normal. Por eso, cuando se etiolan, vemos tallos muy delgados, con pocas hojas y podemos observar decoloración por falta de clorofila y de pigmentos. La solución es súper sencilla: cámbiala de lugar.
Cada planta necesita una cantidad de luz diferente, por eso no todas sufren de este fenómeno y lo vemos más en cactus y suculentas, que necesitan sol directo.
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¿Te ha pasado que tus suculentas toman una forma alargada? 😦🌵
— TerraColeccion (@TerraColeccion) February 24, 2020
A este proceso se le llama etiolación y ocurre cuando nuestra suculenta no recibe suficiente luz solar, lo puedes identificar por qué la planta comienza a tomar una forma anormal y debil además de la pérdida de... pic.twitter.com/I3ufyHxB9q
Aquí lo importante es atender la situación a tiempo, ya que entre más tiempo pase en estas condiciones, mayor el riesgo de morir, porque está usando sus recursos y energía en crecer rápidamente pero no de la forma más adecuada. Se va a debilitar lo suficiente para ser más propensa a plagas y enfermedades que puedan acabar con ella, además que posiblemente ya no tenga la fuerza y el soporte necesarios para mantenerse erguida, le gane su propio peso y se parta. El daño casi siempre es irreparable, o le tomará muchísimo tiempo recuperarse, y por eso debemos estar al pendiente de nuestras plantas, y si notamos que está creciendo de una forma extraña –que casualmente siempre es hacia la ventana o hacia fuera del techo o alejándose de lo que le esté produciendo una sombra- debemos reubicarla lo más pronto posible a un lugar donde reciba más sol y evitar que se siga etiolando.
Si ya tenemos una planta etiolada, lo único que podemos hacer, además de darle más sol, es podarla. Eliminar las partes más afectadas para que la planta no gaste energías en tallos u hojas débiles o malformados. En caso de que solo tenga un tallo, y esté flaco y débil, podemos enterrarlo más profundo en el sustrato o ponerle un palito para detenerla y ayudarla a soportarse, evitando que se venza y se parta.
Para los que me preguntaron, la etiolacion por falta de sol en una planta se ve así, a la izquierda y a la derecha están la misma especie
— _Pablo_hobbit_ (@pablo_hobbit) August 25, 2020
Y la de aquel compa se veía aún más alargada que esa 💔
Chiquis son seres vivos no adornos y no hay que dejarlas enfermarse así pic.twitter.com/25DfbHvvei
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En el caso de las suculentas, ¡las podemos rescatar!
Las suculentas son increíblemente resistentes y parece que tienen superpoderes para recuperarse y regenerarse. El procedimiento es muy sencillo, pero hay que hacerlo con cuidado para no lastimarla de más. Puedes usar unas tijeras de jardinería, una navaja o un cuchillo, pero deben estar bien afilados para que el corte sea lo más limpio posible y bien desinfectados para evitar enfermedades en lo que el corte sana.
- Vamos a cortar el tallo de unos cinco a diez centímetros por debajo de las hojas que veamos que siguen estando sanas. Nos vamos a quedar solo con la punta de la suculenta. Si tu suculenta tiene varios tallos y varias puntas, puedes cortar cada una por separado.
No tires los tallos, aunque no tengan hojas, ellos también se van a recuperar, van a volver a brotar hojas y raíces, y tendrás más plantitas. Solo quita con cuidado las partes del tallo o las hojas marchitas; que estén aguaditas y caídas.
- Hay que dejar que cicatricen los cortes. Vamos a dejar las puntas, tallos u hojas fuera de la maceta o del sustrato. Le tiene que dar aire y sol para que forme un callo y empiece a generar raíces, hojas y tallos nuevos. Esto puede tomar de dos a tres semanas. ¡No te desesperes! Tampoco debes regarlos ni nada. Simplemente déjalos que sanen y se recuperen en su propio tiempo. Mientras no se pudran, todo va bien.
Si estuvieron mucho tiempo con muy poca luz, el cambio a mayor exposición solar debe ser gradual porque están débiles y pudieran quemarse si las ponemos mucho tiempo al sol directo tan pronto.
- Cuando veamos que ya tiene raíces, es momento de plantarlas en una maceta o en el jardín, recordando que ahora debemos colocarlas en un lugar con más sol.
Recordemos que las plantas que tenemos en casa dependen de nosotros para sobrevivir y debemos buscarles el lugar más apropiado para que reciban en la justa medida uno de los elementos necesarios más básicos como lo es la luz del sol.
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