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Sor Geneviève Jeanningros, la monja que rompió el protocolo al despedirse del papa Francisco

Por: Emmanuel Cacho 24 abril 2025 • 3 minutos de lectura

Una amistad de décadas, ligada al pasado del difunto Francisco, llevó a Sor Geneviève Jeanningros a romper en llanto ante el féretro del papa, ignorando el protocolo de la Iglesia.

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Sor Geneviève Jeanningros, la monja que rompió el protocolo al despedirse del papa Francisco
Vatican News

Los ritos y ceremonias tras la muerte del papa Francisco han dado varias sorpresas y momentos muy conmovedores, pues fue una figura muy querida por la comunidad católica, tanto miembros del clero, como feligreses. Una escena sumamente solemne ocurrió en la Basílica de San Pedro, cuando una pequeña monja de edad avanzada se adentró al funeral del Santo Padre para despedirse del pontífice.

Su nombre es Sor Geneviève Jeanningros, de 82 años, amiga cercana del argentino fallecido el pasado 21 de abril, con una conexión muy fuerte con el pasado del religioso, que se remonta a los tiempos en el que este radicaba en su natal Argentina.

Sor Geneviève Jeanningros, la monja que rompió el protocolo al despedirse del papa Francisco

/ Corbis via Getty Images

1. ¿Quién es Sor Geneviève Jeanningros?

Su nombre completo es Geneviève-Josèphe Jeanningros, nació en Francia y pertenece a la orden de las Hermanitas de Jesús, aunque poco se sabe de su pasado en realidad. Desde hace 56 años, su labor religiosa se ha enfocado en personas que viven en la pobreza, además de miembros de la comunidad LGBTQI+, mujeres transexuales y trabajadoras sexuales.

Vive en una caravana en la localidad de Ostia, a las afueras de Roma, donde vive de forma humilde, con un pequeño horno, libros y un colchón, colocado en el suelo para poder dormir. Sor Geneviève realiza su labor religiosa con la gente del circo, dos monjas y algunas mujeres transexuales que viven en la cercanía de la carpa.

2. ¿Cómo fue que conoció al papa Francisco?

Sor Geneviève Jeanningros es sobrina de una monja llamada Lèonie Duquet, quien radicaba en Argentina al mismo tiempo que Jorge Mario Bergoglio, nombre secular de Francisco, que compartían una buena amistad. En 1977, Duquet fue secuestrada por la milicia de la dictadura argentina a lado de otra monja, llamada Alice Dumon, para ser torturadas y asesinadas.

Jorge Mario ayudó a muchos perseguidos a escapar y su contacto con la dictadura marcó su vida gravemente, al grado de buscar ayuda psicológica para lidiar con sus cicatrices. Cuando Bergoglio era el Arzobispo de Argentina, Jeanningros escribió una carta donde expresaba su molestia ante las decisiones del religioso durante estas desapariciones y, específicamente, con su tía.

Este texto fue respondido por el religioso y, entre respuesta y respuesta, la empatía se transformó en amistad y cuando Bergoglio se convirtió en el papa Francisco, tras la renuncia de Benedicto XVI, Jeanningros fue invitada a una isa especial en la Casa de Santa Marta, hogar el Santo Padre hasta el día de su muerte.

Aquí, el vínculo se hizo más fuerte, pues ambos compartían ideologías de austeridad y ayuda en general, incluyendo su visión hacia la comunidad LGBTQI+. Su vínculo llevó a Jeanningros a asistir cada que podía a las misas generales de los miércoles en la Plaza de San Pedro, muchas veces acompañada de mujeres trans o habitantes del circo.

Durante la pandemia, la comunidad de la caravana estaban pasando un mal momento, por lo que Sor Geneviève pidió ayuda al Papa con alimento y vestimenta, por lo que el Santo Padre envió los insumos necesarios, además de pagar todos los servicios pendientes de esta comunidad.

3. ¿Qué hizo Sor Geneviève Jeanningros para romper el protocolo?

Tras la muerte de Francisco, Sor Geneviève Jeanningros salió de protocolo al adentrarse en el funeral del pontífice, saltarse la fila y acercarse al féretro del religioso. En este momento, la monja rompió en llanto y permaneció en oración por aproximadamente 7 minutos.

Sor Geneviève Jeanningros, la monja que rompió el protocolo al despedirse del papa Francisco

/ Getty Images

El protocolo fúnebre dicta que se debe esperar en la fila, permanecer poco tiempo y no acercarse al ataúd, y, si fuera cualquier otra persona, la seguridad de la Basílica de San Pedro se hubieran visto en la obligación de retirarla de inmediato.

Mientras que Sor Geneviève Jeanningros permaneció ante el papa, se pudieron notar varios obispos y miembros de la seguridad pasar cerca de ella, sin embargo, no la interrumpieron, pues eran completamente conscientes de la cercanía de la religiosa con el Santo Padre.

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