Japón es un país lleno de misterios, y esto no se limita a la cultura y a la mitología, también es una tierra donde el misticismo y lo sobrenatural forman parte del pensamiento colectivo de sus habitantes, donde los espíritus, y otras entidades, como posibles OVNI, coexisten día a día con las personas.
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Lejos de la mitología, existen sucesos registrados desde tiempos muy antiguos en la Tierra del Sol Naciente que hasta el día de hoy no se han podido explicar, y que algunos expertos en el tema de la Ufología piensan que pudieron ser encuentros cercanos con seres de otro planeta, u otra dimensión.
Este tipo de avistamientos han sido registrados en algunos textos, donde podemos encontrar una narrativa, más que mitológica, que resulta anecdótica, mientras que los autores registran tales eventos como vivencias propias, elevando el misterio del origen detrás de estos momentos sobrenaturales.
Utsuro-Bune
Uno de los avistamientos inexplicables que han sido registrados en distintos textos del Japón antiguo ocurrió el 22 de febrero de 1803, cuando un grupo de pescadores avistó un extraño navío encallando en la costa de Harayadori.
Lo que parecía una especie de barco estaba fabricado de metal, con una altura de aproximadamente 3 metros, y casi 6 de ancho, que era cubierto por un extraño domo construido de una especie de madera roja, con una forma ovalada muy similar a la de un platillo volador.
Cuando los pescadores se asomaron al interior, notaron que estaba tapizado de un material transparente similar al cristal, con una especie de escritura indescifrable para ellos en la pared, mientras que las ventanas estaban formadas de barras hechas de un extraño material, cubiertas de una sustancia líquida, por dentro también notaron una jarra de agua, una especie de pastel y otros insumos como carne, que parecían ser raciones de viaje.
De este extraño bote se bajó una mujer de entre 18 y 20 años, con el cabello rojo, con extensiones de lo que parecían fabricadas de un pelaje blanco, con un tono de piel descrito como rosado, y que hablaba un idioma muy distinto e irreconocible, con vestimentas extrañas, mientras cargaba una caja que nadie podía tocar.
Los pescadores, asustados, decidieron patear el bote de regreso al agua para ni siquiera enterarse de quién se trataba, por lo que el misterio nunca fue completamente resuelto.
Las estrellas bailarinas
Una noche del año 1235, el general Kujō Yoritsune y su ejército levantaban un campamento, cuando notaron unas extrañas luces en el cielo despejado, cuando estas comenzaron a moverse, como si bailaran, de una forma aparentemente consciente e inteligente.
El fenómeno duró varias horas, pero el general, con tal de calmar a sus hombres, les dijo que era solamente el viento, tan fuerte que estaba moviendo las estrellas del cielo (que hoy en día suena más loco que naves extraterrestres).
El “Hombre Divino”
Se dice que en el año 2357 Antes de Cristo, un hombre de apariencia divina bajó del cielo y, de acuerdo al manuscrito donde se cuenta este suceso, se transportaba en un “monstruo que emitía luces”, lo que hace a muchos ufólogos pensar que se trataba de una especie de platillo volador.
Este “hombre divino” era llamado por los habitantes del pueblo como “el Maestro”, y es que él transmitía su conocimiento a dicha población.
El hombre alto de las montañas
En este corto avistamiento, se dice que en el año 460 Después de Cristo, el emperador Oho-Hatsuse-Vaka-taka-no-Mikoto se encontraba cazando en la montaña Katsuragi, cuando un hombre muy alto, vestido con ropa muy ajustada y un extraño sombrero, bajó del cielo en un extraño “carruaje”.
El emperador pensó que se trataba de un dios, por lo que cuestionó al hombre alto sobre su identidad, a lo que esta entidad respondió:
Yo soy el Dios de las personas visibles. ¡Dame el nombre de tu rey y yo te daré el mío!
El gobernante se identificó a sí mismo como su “obediente sirviente”, por lo que el hombre alto se bajó de su vehículo para cazar a lado del emperador.
Es muy extraño como algunos textos muy antiguos ya mencionan lo que hasta ahora entendemos como extraterrestres u OVNI, especialmente dentro de una cultura tan distinta, como la que existe en Japón.
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