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Tres versiones sobre Pancho Villa

Por: Omar Urbina 04 junio 2023 • 11 minutos de lectura

La figura de Villa es tan compleja, que su vida está tan llena de claroscuros.

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Tres versiones sobre Pancho Villa
AFP

Desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que 2023 sería el año de Pancho Villa, han surgido varias discusiones sobre lo pertinente, o no, de esta decisión.

Están desde aquellos que aplauden el rescate histórico del personaje, hasta quienes condenan el ensalzamiento de un genocida. Ciertamente la figura de Villa es tan compleja, y su vida está tan llena de claroscuros, que es entendible la diversidad de opiniones al respecto.

Es por esto que en este texto, que claramente hace alusión a un cuento de Borges, conoceremos pasajes de la vida de Villa para así entender las discusiones alrededor de él.

2023 año de francisco villa

El centauro del norte

Comencemos con la versión histórica de Villa, es decir, aquella que lo entiende como uno de los protagonistas de la Revolución mexicana.

Desde esta perspectiva, la historia de Pancho Villa iniciaría en 1911 cuando un joven Villa, que había dedicado su vida a la clandestinidad, acude al llamado a las armas hecho por Francisco I. Madero.

Claramente, la importancia de Villa durante la etapa maderista de la Revolución mexicana fue más que marginal, pero fundamental.

Durante este año, Villa comenzó a adquirir conocimientos de táctica militar y prestigio dentro de las tropas, pero su popularidad era eclipsada por los dos grandes caudillos de la lucha revolucionaria en Chihuahua, Abraham González y Pascual Orozco.

Con la caída de Porfirio Díaz, Madero cometió el que ha sido considerado su primer error: licenciar a las tropas que le habían conseguido la victoria.

Si bien algunos revolucionarios como Emiliano Zapata o Pascual Orozco se negaron rotundamente a disolver sus tropas, y posteriormente se declararían en rebeldía; otros aceptaron el licenciamiento gustosamente y se retiraron a la vida civil, siendo Villa uno de éstos.

Pero la tranquilidad para nuestro personaje no duraría mucho, pues en 1912 Pascual Orozco se levantaría en armas en contra de Madero y, ante la incapacidad del ejército Federal para contener la sublevación, el presidente llamaría a sus antiguas tropas al combate.

Así, Villa volvería a tomar las armas en defensa del gobierno maderista y en esta ocasión su papel sería más protagónico.

Si bien en esta ocasión Villa fue opacado por el jefe de la campaña antiorozquista, un militar jalisciense llamado Victoriano Huerta, Villa conseguiría pulir sus conocimientos militares, aprendiendo la importancia de la artillería.

La relación entre Villa y Huerta durante la campaña sería pésima, el primero era un militar improvisado en el que la disciplina no era su fuerte, el segundo era un militar de carrera, fue por eso que, a finales de 1912, Huerta mandaría a apresar a Villa y ordenó su fusilamiento. Si bien esto último no se concretó, Villa sería encarcelado en la Ciudad de México, prisión de la que escaparía a principios de 1913. La pregunta que se nos impone es: ¿Cómo es que un preso se convierte en uno de los principales líderes de la Revolución?

En febrero de 1913, Victoriano Huerta dio un cuartelazo en Ciudad de México que acabaría con el gobierno, y la vida del presidente Madero. La mayoría de los gobiernos estatales aceptaron a Huerta como nuevo presidente, a excepción de los estados norteños.

Francisco Villa y Emiliano Zapata
AFP

El gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, se declaró en abierta rebeldía; mientras que el de Sonora, José María Maytorena, pidió licencia para no tener que tomar una postura clara, dejando la decisión a revolucionarios como Ignacio Pesqueira, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, y más. Es decir, en estos dos casos, la rebelión se llevó a cabo por parte de las autoridades establecidas.

En el caso de Chihuahua la situación fue diferente: era claro que el gobernador, Abraham González, íntimo amigo del presidente Madero se iba a declarar contrario al nuevo régimen por lo que Huerta, previniendo esto, envió una comitiva para asesinarlo. Por otro lado, el caudillo revolucionario de la región era Pascual Orozco, quien se había sublevado contra Madero.

Además, al saber del triunfo huertista de inmediato se puso a las órdenes de éste, por lo que no era posible que él encabezara la rebelión. Así fue como el mando de la rebelión quedó en manos del tercer revolucionario en prestigio, Pancho Villa, el que después de escapar de prisión había huido a Estados Unidos

Villa, que así como González era un íntimo amigo de Madero, de inmediato se declaró en rebeldía contra Huerta y comenzó a organizar a los diferentes líderes locales de Chihuahua, así lograría conformar la División del Norte, una de las fuerzas revolucionarias más poderosas del momento y con ella obtuvo el control de toda Chihuahua.

Si bien la División del Norte gozó de completa autonomía, se sumó a los esfuerzos de las otras tropas revolucionarias para acabar con el gobierno de Huerta. Sin embargo, las diferencias entre los líderes de la Revolución no se hicieron esperar y si bien se mantuvieron juntos hasta la caída de Victoriano Huerta, era más que evidente que el conflicto se alargaría.

En la ciudad de Torreón se reunieron los principales líderes revolucionarios para saber qué hacer una vez que se lograra derrocar a Huerta y se pactó que se organizaría una Convención Revolucionaria para marcar el rumbo que el país tomaría. Y así se hizo, a finales de 1914, ya sin Huerta en el poder, los revolucionarios se reunieron, y no se pusieron de acuerdo.

Inició así la llamada Guerra de Facciones, en la que villistas y zapatistas se enfrentaron a los carrancistas para saber qué proyecto de nación triunfaría. Villa, que estaba al frente de las tropas de la Convención, sería derrotado militarmente en los campos de Celaya por Álvaro Obregón al año siguiente, y su División del Norte quedaría prácticamente destruida.

Sin lugar a dudas, Pancho Villa fue un actor importantísimo durante la Revolución Mexicana, su participación y aportes a la lucha armada son innegables, pero hay que reconocer las otras facetas de este revolucionario.

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El irascible bandido

Mucho se ha escrito sobre Villa, pero algo que unánimemente se mencionara es la volatilidad de su carácter. Así como lloró desconsoladamente sobre la tumba de Madero, era capaz de estallar en cólera a la menor provocación, y justamente en estos momentos de furia era que cometía actos sumamente violentos. Pero retrocedamos en la historia vital de Villa.

Doroteo Arango es un nombre que menos suena cuando se habla de la Revolución mexicana. Pues este es el verdadero nombre de Pancho Villa.

Nació en Durango en 1878 en el seno de una familia de aparceros. Sin embargo, él no siguió con el negocio familiar pues, según algunas fuentes, ultrajó a la hermana del dueño de la hacienda en la que laboraba.

Otras fuentes aseguran que tuvo que huir de Durango pues fue capturado por la leva y llevado al ejército, del que desertó.

Como haya sido, a partir de ese momento su vida la dedicó al bandidaje y a actuar en la clandestinidad. Fue a partir de este momento que, al ser un hombre buscado, adoptaría para siempre el nombre de Pancho Villa.

Durante estos años que pasó como bandido se dedicó principalmente al abigeato, es decir, a robar ganado a las grandes haciendas de las familias Terrazas y Creel, los dueños de las más grandes haciendas de Chihuahua.

También en esta etapa conocería a personajes que después combatirían con él durante la Revolución, tales como el siempre cruel Rodolfo Fierro y su compadre Tomás Urbina, a quien el propio Villa mandaría a fusilar.

El punto es que, en esta etapa, Villa cometió varios crímenes violentos. Si bien se dice que hubo momentos en los que trató de dedicarse a una vida “recta”, el que sus antecedentes criminales continuamente salieran a la luz evitó que pudiera mantenerse mucho tiempo en un solo lugar.

Ya durante la época Revolucionaria, las tropas villistas fueron famosas por los ultrajes cometidos contra la población civil de las ciudades a las que ingresaban: violaciones, robos y asesinatos estaban a la orden del día.

Esto fue especialmente evidente durante la toma de Zacatecas en 1914, cuando las tropas villistas asolaron la ciudad. Asimismo, el propio Villa destacaba por ordenar el fusilamiento inmediato de soldados enemigos que eran capturados, o de tropas propias que desobedecían sus órdenes.

Sin embargo, la etapa más violenta del villismo se dio entre 1916 y 1920. Una vez que Villa fue derrotado militarmente, él junto con los remanentes de su División del Norte se internó en Chihuahua donde actuó como un guerrillero.

En 1916 se dio un episodio conocido como la Masacre de Santa Isabel en la que las tropas villistas capturaron un tren de pasajeros y pasaron por las armas a varios ingenieros de la Cusihuiráchic Mining Company. Pero este sólo sería el preludio de algo mayor, pues días después invadiría la población de Columbus, en Estados Unidos, provocando una nueva masacre.

Lo cierto es que Villa se había encargado de crear un conflicto diplomático entre el gobierno de Venustiano Carranza y Estados Unidos, y lo consiguió gracias a este ataque: una columna del ejército estadounidense entró a territorio mexicano con la finalidad de capturar a Pancho Villa. La expedición punitiva, como se le llamó, fracasó en su intento de encontrar a Villa, pero fue uno de los momentos más dramáticos para el gobierno de Carranza, es decir, Villa cumplió con su misión.

A partir de este momento, las mermadas fuerzas villistas tomaron una nueva fuerza, ya que su líder había ‘vencido’ a los Estados Unidos. Fue por esto que durante los 3 años posteriores al retiro de la Punitiva la violencia provocada por grupos que se hacían llamar villistas gobernó sobre Chihuahua.

La situación fue tan grave que la población se tuvo que encargar de su propia seguridad y organizar “Defensas Civiles” para protegerse de los villistas.

La pregunta ahora es: ¿Cómo un personaje con antecedentes tan violentos puede ser considerado un héroe nacional?

El revolucionario del pueblo

Con estas palabras fue que el presidente Andrés Manuel López Obrador decretó el año de Villa, así que analicemos esta afirmación. Pancho Villa, a diferencia de otros revolucionarios, no era miembro de la clase política —como Venustiano Carranza—, tampoco de las clases medias —como Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles—, y mucho menos de un prestigiado grupo pueblerino —como Emiliano Zapata—; él provenía de las clases bajas y grupos populares. La extracción social de Villa se tradujo en muchas actitudes que lo dotaron de enorme prestigio histórico.

Primero que todo, si bien él era el líder de la División del Norte, este ejército destacaba por la horizontalidad de sus mandos. Salvo Felipe Ángeles, que era militar de carrera, el resto de los villistas tenían una extracción social similar, por lo que todos estaban al mismo nivel. Esto mismo se veía en el campo de batalla, ya que a diferencia de otros revolucionarios, Villa combatía al frente de sus tropas. Es decir, en efecto, se comportaba como una especie de soldado del pueblo.

Después, durante el tiempo que gobernó el estado de Chihuahua se encargó de hacer reformas sociales para el beneficio de los grupos populares. Algunas de ellas eran tan simples como establecer un precio fijo a productos básicos; mientras que otras fueron más complejas, como el fraccionamiento y reparto de las tierras de los grandes oligarcas del Estado.

Asimismo, puso énfasis en la educación, pero no aquella que estaba destinada para los grupos privilegiados de la sociedad mexicana, sino una educación al alcance de todos. En síntesis, fue gracias al villismo que una Revolución que se hizo por una razón eminentemente política, a la que luego se le añadieron reclamos campesinos y obreros, adquirió, también, elementos sociales y educativos que las facciones triunfantes no pudieron obviar.

Por otro lado, después de la invasión a la población de Columbus, Villa se convirtió en un símbolo de patriotismo, pues el hecho fue leído por parte de la opinión pública como una defensa de la soberanía nacional.

Entonces el villismo cobró tanta fuerza que su actividad guerrillera no pudo ser detenida sino que un nuevo gobierno, el de Adolfo de la Huerta, le ofreció la amnistía, y una hacienda, Canutillo, para que Villa se retirara a la vida privada. Incluso en la actualidad Pancho Villa es un ícono fundamental de la cultura chicana. Es por todo esto que la figura de Villa tiene un enorme impacto en la conciencia nacional, al grado de que si vas a cualquier parte del país y preguntas por un personaje de la Revolución mexicana, es muy probable que Pancho Villa sea uno de los primeros que se vengan a la mente.

Entonces… ¿Qué es Pancho Villa?

Héroe, villano, patriota, revolucionario, asesino, genocida o bandido, ¿cuál es la mejor forma de caracterizar a Pancho Villa? La respuesta es: todas ellas y a la vez ninguna. La vida de Villa es tan compleja, con tantos altibajos y claroscuros que dependiendo del fragmento que se estudie alguna de estas palabras funcionará mejor para definirlo.

Sí, Pancho Villa fue un bandido; sí, fue un asesino; pero también fue un revolucionario y alguien que se preocupó por los grupos populares. Al final de cuentas, la vida de una persona no puede ser definida por un solo hecho, o por un solo proceso. Pero, como siempre, la conclusión final la tienes tú.

* Omar Urbina es un historiador con estudios de licenciatura y maestría en la UNAM, dedicado a estudiar la historia de la guerra y los ejércitos desde una perspectiva social y política.

Fuentes:

  • Friedrich Katz, Pancho Villa, 2 vols., México, Era, 1998.
  • Pedro Salmerón, La División del Norte, México, Planeta, 2006.
  • Martín Luis Guzmán, Memorias de Pancho Villa, México, Porrúa, 1984.

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