Los incendios de California han traído consigo un enorme rastro de tragedia, mientras que el fuego consume los hogares de los habitantes de Los Ángeles en zonas como Beverly Hills, Pacific Palisades o Malibú. El origen de esta crisis ambiental está ligada a los vientos de Santa Ana, un fenómeno conformado por poderosas corrientes de aire del este o noreste soplan a rachas desde el interior hacia la costa.
Año con año, estas potentes ráfagas tienden a recorrer diferentes áreas de California, especialmente durante los meses más fríos, desde septiembre a mayo, con una duración de algunos días, aunque se han registrado temporadas inusuales de hasta una semana. Los vientos de Santa Ana se originan en áreas de tamaño considerable de alta presión, especialmente en zonas áridas como desiertos.
El punto de origen de este fenómeno meteorológico es alrededor de la Gran Cuenca, situada en el interior del oeste de Estados Unidos, que abarca buena parte de Nevada, de Utah, Idaho y el sureste de Oregón. Debido a la naturaleza de estos territorios, que son secos, la corriente de aire que llega a California carece de humedad, que se amplifica al llegar a dicho estado, pues desciende en las montañas Sierra, donde se resecan aún más.
/ Apu Gomes/Getty Images
Al perder esta humedad, los vientos de Santa Ana toman una mayor velocidad, que va incrementando conforme recorre terreno natural de la zona, como valles y formaciones naturales como barrancos y cañones. El fenómeno meteorológico provoca condiciones adecuadas para propiciar la combustión de incendios forestales, además de su potente y veloz propagación.
Esto se debe a la falta de humedad de los vientos, que resecan la vegetación del área, facilitando la combustión de forma acelerada y constante. Por si fuera poco, los vientos de Santa Ana tienen una potencia de 96 kilómetros por hora, hasta 128 kilómetros por hora, aunque existen ráfagas que llegan a 160 km/h en casos críticos.
Los incendios, como el que está ocurriendo actualmente en distintas áreas de Los Ángeles, no ocurren con tanta frecuencia, sin embargo, cuando se dan condiciones climáticas muy secas en la zona, como sucede en la actualidad, la combustión es casi inminente. En promedio, se registran 10 casos de vientos de Santa Ana al año, aunque hay años donde han llegado a formarse hasta 20 veces.
Anteriormente, la lluvia de la zona sur de California era el factor principal que evitaba la formación de incendios forestales, pero este año, el área tuvo una temporada muy seca, con muy escasas precipitaciones. Cabe subrayar que dicha falta también fortalece al fuego, haciendo que este sea más difícil de extinguir, es por esto que, ante la mínima amenaza, el cuerpo de bomberos priorizará la evacuación de los habitantes antes de apagar la combustión provocada por los vientos de Santa Ana.
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