Talento, trabajo, vocación y sueños son las cuatro anclas que podrían describir al joven regiomontano, Fabrizzio Ulloa, quien a sus 16 años está dispuesto a conquistar Europa y al mundo con su danza.
¿Qué sería de una persona sin sus sueños? Quizás un simple ser vagando entre conflictos humanos, no obstante, cuando se sueña en grande se apuesta por un reto que puede convertirse en un objetivo de vida, tal y como lo diría la presentadora, Oprah Winfrey:
La aventura más grande que puedes llevar a cabo es la de vivir tus sueños.
Y cuando se trata de perseguir el sueño de la danza, un ejemplo claro es Fabrizzio Ulloa, un talentoso bailarín en formación con quien Revista Central tuvo la oportunidad de conversar para hablar sobre su pasión por el ballet, los premios que ha obtenido a su corta edad y cómo es que el estudiante de la Escuela Superior de Música y de Danza de Monterrey del INBAL tiene la oportunidad de estudiar en una de las escuelas del rubro más importantes a nivel mundial, la Royal Ballet School en Londres, Reino Unido.
Fabrizzio Ulloa: Billy Elliot mexicano, talento innato
Una realidad innegable es que cuando una persona tiene talento se nota y ellos mismos lo sienten, como si se tratara de un fuego interno correr por sus venas, les da vida. Y a Fabrizzio no le tomó mucho tiempo darse cuenta de su amor por la danza:
“Cuando yo bailaba sentía que era algo que venía dentro de mí, algo natural. Se me hacía muy fácil. Recuerdo que pasaba horas en la sala de mi casa. Cuando nos mudamos, le dije a mi mamá que en la parte de arriba no pusiera muebles para que yo pudiera bailar todas las noches. Había días que eran las 11 de la noche y mi mamá decía: ‘ya tendrías que irte a dormir, los vecinos van a llamar´. Ahí es cuando dije: ‘Si lo hago tanto y lo siento tan fácil, entonces, tienen razón, quizás soy bueno para eso”, aseguró Ulloa.
Ese momento no solo fue una revelación para Fabrizzio sobre su futuro, también lo incentivó a acercarse al teatro musical, pues su primer sueño fue el de ser un actor de Broadway, sin imaginar que en realidad su destino lo esperaba en otro lugar, el ballet.
“En Monterrey estaban los castings para la obra musical, Billy Elliot, yo lo quería hacer, pero yo no sabía ballet. Mi mamá me llevó a la Escuela Superior de Música y de Danza de Monterrey porque alguien le dijo que era la mejor, y cuando estuve en la escuela, me di cuenta lo que yo realmente quería hacer”.
Así fue como “accidentalmente”, por tomar un taller de danza que le ayudaría a interpretar a Billy Elliot, se encontró con algo más que una profesión, una vocación que lo ha llevado a fijar alto sus objetivos para alcanzar sus sueños.
Sin embargo, Fabrizzio Ulloa aún guarda un lazo más íntimo y fuerte con el personaje de Billy Elliot, el mexicano de 16 años que se perfila como la próxima figura de la danza en México, siente que vuela, siente electricidad al bailar.
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¿El ballet solo es para mujeres?
A diferencia del estigma que Billy Elliot sufrió en la trama de la historia debido a que su papá y su hermano no aceptaban en un inicio su gusto por el ballet, Fabrizzio siempre contó con el apoyo de su familia.
Tuvimos momentos muy fuertes que no eran tan agradables, pero sobre todo eso, ellos siempre me apoyaron con lo que yo quería hacer, con el ballet.
“Mi hermano siempre me apoyó, él iba a verme bailar y siempre nos ayudamos. Él es futbolista, por ejemplo, yo iba a sus partidos de fútbol y él a mis presentaciones, yo le decía, pudiste haber hecho esto, esto y esto, y él también me lo decía, aunque no entendiera nada, pero me gustaba porque les interesaba y es algo muy bonito, que a mi familia le importe lo que yo estoy haciendo”.
Lo anterior nos lleva a otro tema, el estigma que aún existe en México sobre los bailarines masculinos, pues hay una idea preconcebida o digamos machista en nuestra cultura que asocia el ballet con una bailarina, un tutú rosa y puntas.
En algunas situaciones, es difícil ser bailarín siendo hombre, porque mucha gente no cree que el ballet está hecho también para los hombres (aunque el ballet haya sido creado por los hombres hace unos siglos), lo asocian con las bailarinas, pero el ballet es mucho más y hay hombres en todos lados, en todas las compañías.
“Es un estereotipo que mucha gente tiene porque no lo sabe, piensan que el ballet es para niñas y es muy difícil ser bailarín, siendo hombre o mujer, no tiene por qué haber una diferencia de género. El hombre carga a la mujer porque él es más fuerte y ella baila en puntas porque es más flexible, pero los hombres bailan muy bien, deberían de darles crédito en México”.
El poder de crear con la danza
Tal y como sucede con un libro, el teatro y la danza tiene ese poder de crear escenarios diversos, salidos de otras dimensiones, otras épocas, mientras que a los actores y bailarines les brinda la oportunidad de salir de ellos mismos para convertirse en otras personas, animales y cosas, porque la danza es libertad, libertad de crear.
“Si voy a hacer un pájaro o un cisne, me hago esa realidad. Es una fantasía entrar a otra dimensión. Es muy padre imaginarme algo antes de salir y después verlo, a veces sí me pasa que pienso, por ejemplo, que estoy en un castillo en el Renacimiento, salgo, lo veo y me preguntó: ‘¿qué está pasando?’”.
“Me gusta porque muchas cosas pueden pasar cuando bailas”, sentenció Ulloa.
Uno de los ballets más importantes en la historia que muestra el poder de creación y de jugar con la imaginación del público es el Lago de los Cisnes, que transforma a una princesa en un cisne ante los ojos del público de la mano de la fantasía que envuelven a los cuentos de hadas.
El ballet icónico de cuatro actos y que fue estrenado en 1877 con la música de Chaikovski es el favorito de Fabrizzio Ulloa porque él considera que cambió el mundo del ballet, además de que fue uno de los primeros que vio en escena.
Cuando le preguntamos si le gustaría hacer algún personaje de El Lago de los Cisnes, respondió: “me encantaría ser el príncipe”.
El ser humano tiene sus rituales, ciertas acciones que llevan a rajatabla en su día a día antes de iniciar una tarea; para un bailarín como Fabrizzio, su ritual antes de salir al escenario es persignarse para encomendarse a su fe y que no le pase algún contratiempo durante su presentación.
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Poner el nombre de México en alto
A sus casi 10 años entró a estudiar en la Escuela Superior de Música y de Danza de Monterrey del INBAL, la cual ha marcado su vida entera gracias a las enseñanzas de sus maestros, el compañerismo con otros alumnos y las oportunidades de estudiar en otros países.
“Ahí siempre me divertí… Siempre nos divertíamos mucho y nos apoyamos porque eso es algo muy bonito que tiene ‘La Superior’ (como coloquialmente se le llama), que se apoyan. No hay una competencia por ver quién es el mejor, nosotros apoyamos a quien en ese momento sea nuestro bailarín, es algo que ayuda mucho a México, porque si sale un buen bailarín, hace que otras ciudades del mundo conozcan México.”
Está muy padre poder poner el nombre de México en alto.
¡Y vaya que ha puesto el nombre de nuestro país en alto! En 2021, Fabrizzio obtuvo el primer lugar en la categoría Clásica de la división Junior del Youth America Grand Prix (YAGP), una de las competencias para las nuevas generaciones de bailarines más importantes a escala internacional.
Además, en esa misma edición entró al Top 12 de la categoría contemporánea en la misma división, en la cual participaron más de 300 competidores.
Y gracias a una beca completa que obtuvo en el Festival Internacional de Danza, celebrado en Orizaba, Veracruz, realiza estudios de intercambio en la Ballettschule Theater Basel en Suiza.
Estas experiencias lo han llevado a relacionarse con bailarines del mundo y vivir experiencias distintas a las que podría tener si se quedara en nuestro país, de ahí que le hiciéramos una pregunta obligada: ¿qué caracteriza a los bailarines de México?
Somos muy trabajadores y nuestra pasión la ponemos en el escenario, eso es algo que me he dado cuenta a diferencia de otros bailarines. Nosotros somos muy emotivos, no sé si sea porque somos latinos o qué, pero en especial los de México y todos los bailarines que yo admiro, brindan algo al escenario, una esencia especial y eso es lo que yo quiero hacer y estoy tratando de hacer cuando salgo al escenario.
La conquista de Londres
Ulloa Cornejo, con 16 años de edad, hizo historia al convertirse en el primer mexicano en obtener el primer lugar en el concurso Prix de Lausanne 2023, uno de los concursos internacionales de ballet más importantes, organizado por la Fundación para el Arte Coreográfico y que se lleva a cabo cada año en Lausana, Suiza.
Tras competir contra 21 bailarines de 11 nacionalidades, el estudiante del 12º semestre de la Licenciatura en Danza Clásica en la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey del INBAL, logró llevarse los honores por lo que ganó una beca para estudiar en la Royal Ballet School de Londres, Reino Unido.
La cual, data del año 1926, y fue hasta 1956 que por decreto real fue renombrada como Royal Ballet School, donde se entrenan y educan a jóvenes bailarines para compañías líderes del Reino Unido e internacionales, y de la que emergen bailarines clásicos como Margot Fonteyn, Kenneth MacMillan, Antoinette Sibley, Anthony Dowell, Anya Linden, Jonathan Cope y Darcey Bussell, catalogados como los mejores.
“Es la Academia más importante. Estoy muy emocionado porque siempre ha sido mi sueño, todo el mundo piensa en ir a esa Academia. Por ejemplo, es como cuando la gente quiere ir a la universidad y dicen: ‘yo quiero ir a Harvard’, es lo mismo… Al ser muy privada, muy misteriosa, el entrar ahí y conocer a la gente, verlos trabajar es algo que no podía creer y estoy muy feliz de que en esta vida tuve la oportunidad de poder ir ahí y seguir triunfando y avanzar, porque todavía me falta mucho camino y quiero ver hasta dónde llega el límite, hasta dónde puedo llegar allá”.
Con ese corazón enorme que Fabrizzio tiene, su pasión por la danza y su arduo trabajo, seguramente llegará aún más lejos, tal y como en los sueños ocurre, el límite es el cielo.
Redacción: Marilú Morales
Fotos: David Franco
Maquillaje y peinado: Abigail Jacob
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