Por Karla Flores
En Janitzio, una de las islas del Lago de Pátzcuaro, los festejos empiezan el 1 de noviembre con la tradicional danza de los pescadores, en la cual se realiza la caza del pato sagrado, que luego se cocina para dar de comer a quienes esperan a sus difuntos durante la noche del Día de Muertos.
Al caer la tarde, las personas se congregan en el panteón de Tzirumútaro (ubicado en la parte más alta de la isla), adornan las tumbas de sus difuntos con flores, pan, comida, fotos y recuerdos de sus seres queridos, y permanecen ahí hasta el día siguiente mientras recitan cantos en purépecha (la lengua original de los antiguos michoacanos) y murmuran plegarias en español.
La entrada del panteón se decora con un arco lleno de flores y una fila de veladoras que, para los lugareños, simbolizan el portal y el camino por el cual los muertos regresan al mundo de los vivos, para disfrutar de su comida favorita y gustos personales.
De acuerdo con una leyenda purépecha, al morir las almas, éstas vuelan como mariposas monarcas sobre un lago encantado hasta la Isla de Janitzio, y sólo se necesita abrir el corazón para ver a estas almas dibujarse entre las aguas del Lago de Pátzcuaro.
A la medianoche, los pescadores salen en sus balsas para demostrar sus habilidades de pesca usando sus redes en forma de alas de mariposa, iluminando el camino con veladoras encendidas. Un espectáculo asombroso que puede verse desde la orilla de la isla.
Si quieres visitar esta zona en esta época del año, es indispensable ir bien abrigado con suéter, chamarra y zapatos cómodos. No dejes de probar los platillos típicos de la región como el turkus, que es una quesadilla de pescado con tortilla de maíz azul; el pájpakata, un caldo de tripa de pescado envuelto en hojas de calabaza; el kuiris, que es el pato guisado en salsa, y las carnitas estilo Michoacán.
Prueba también la variedad de tamales de la región, entre los que se encuentran los tarascos de frijol con charales; las corundas, con carne de puerco y salsa de jitomate; y los uchepos, tamales dulces, de maíz tierno, bañados en salsa de tomate verde o caldillo de jitomate con queso y crema.
A la isla se llega por lancha. En el puente de Día de Muertos, decenas de ellas parten del muelle de Pátzcuaro hacia la isla, una tras otra, a toda hora.