La historia de The Beatles como grupo fue breve, y es que solo estuvieron juntos por 10 años, tiempo que fue suficiente para cambiar la industria de la música para siempre, con un impacto que no se ha visto jamás, dando pie al nacimiento de la Beatlemanía, sin embargo, mientras los fans aumentaban alrededor del mundo, John, George, Paul y Ringo luchaban por mantener una amistad que poco a poco se estaba desmoronando, y uno de los últimos vestigios de esta fue la pintura que el cuarteto de Liverpool hizo como grupo.
Este trabajo cargado de psicodelia surgió tras un momento de esparcimiento en el pico de fama del grupo británico, durante la gira de 1966, que los llevó de regreso a Alemania, a Japón y a las Filipinas, pero fue la Tierra del Sol Naciente donde los integrantes de The Beatles dejaron fluir su creatividad y la dejaron relucir en un arte distinto a la música.
El cuarteto llegó a Tokio el 29 de junio de 1966, rodeados de guardaespaldas para protegerlos de nacionalistas japoneses, quienes habían enviado amenazas de muerte al grupo, pues les parecía una falta de respeto el hecho de que se presentaran con su rock occidental en el famoso Budokan, donde se realizaban exclusivamente torneos de artes marciales.
De este modo, los Beatles permanecieron encerrados en la suite presidencial del hotel Hilton de Tokio por cuestiones de seguridad, lo cual los limitaba muchísimo sobre las actividades que podrían realizar durante su tiempo libre, aunque sí fueron colmados de regalos, que llegaban con frecuencia a su habitación, y entre estos, todo tipo de materiales artísticos de la más alta calidad, incluidos pinceles de madera, acuarelas y óleos.
Entre el aburrimiento, y el ocio, el grupo colocó un lienzo de papel fino japonés en una mesa, sostenido por una lámpara de cerámica en el centro, mientras que John, Paul, George y Ringo eligieron un borde de este papel y comenzaron a proyectar lo que les llegara a la mente, el único trabajo de este tipo realizado por los cuatro integrantes.
Cada uno de los trazos de cada Beatle resulta bastante curioso, por un lado, el arte estético, pero difícil de comprender, de John Lennon, con un toque más clásico, mientras que la esquina donde pintó Ringo Starr tiene trazos más gruesos, pero bien definidos, que tienden a la psicodelia, para hacer contraste con el de Paul McCartney, un trazo en secuencia que denota el perfeccionismo del compositor.
También destaca el área donde podemos ver el juego de colores de George Harrison, quien da pinceladas más agresivas, y experimentales, con diferentes tipos de color, como si este solo se dejara llevar por sus sentimientos en ese preciso momento.
Esta fue titulada Images of a Woman por un periodista, que señaló que la zona de Paul McCartney recordaba al órgano reproductor femenino.
Después de la gira de Japón, la pintura de los Beatles fue enviada a un miembro del club de fans japonés, para más tarde pasar por otras manos, pero actualmente se ha puesto en subasta por la famosa casa especializada Christie’s, a sabiendas de que es una pieza única, que además representa la última vez que el cuarteto de Liverpool hizo algo así, no solo como grupo, si no, como amigos, pues esta fue la última vez que el grupo británico hizo una gira en conjunto.
Suscríbete aquí a nuestro Newsletter para que estés al día con nuestros contenidos.