Los horrores del Holocausto han inspirado incontables historias que han alcanzado la pantalla grande, desde épicas aventuras como The Great Escape, hasta cintas que nos rompen el corazón, como El Pianista o La Vida es Bella. Un punto en la historia que no se ha logrado explorar tan a fondo ha sido el periodo de la postguerra, sin embargo, la nueva cinta de Brady Corbet, The Brutalist, nos muestra esta cara de los estragos de la Segunda Guerra Mundial.
Titulada en español como El Brutalista, la película nos narra la llegada del arquitecto húngaro-judío László Tóth (Adrien Brody), que llega a Estados Unidos al escapar de un campo de concentración tras ser separado de su esposa, Erzsébet (Felicity Jones), y su sobrina huérfana, Zsófia (Raffey Cassidy). Después de pisar tierra norteamericana, László viaja a Filadelfia para encontrarse a su primo Attila (Alessandro Nivola) y su esposa católica, Audrey (Emma Laird).
El largometraje nos muestra los altibajos de Tóth, que debe lidiar con su estrés postraumático, convirtiéndose en adicto a la heroína, mientras busca una forma de sobrevivir y lograr que su familia pueda salir de Europa para llegar a Estados Unidos. Con una duración de 3 horas y 34 minutos; dividida en 2 partes, sin contar la obertura y el epílogo; The Brutalist retoma el concepto del intermedio para que el público pueda tomarse un descanso en medio de la proyección.
A pesar de que la duración podría parecer abrumadora, la película es fluida y no resulta tediosa, además que la pausa entre ambos actos ayuda bastante a no sentir el tiempo. Como dato adicional, la película fue rodada en formato VistaVision, formato de pantalla ancha (widescreen) que pasa una película de celuloide de 35 mm horizontalmente a través de la cámara para crear fotogramas de película con ocho perforaciones, el doble de tamaño y resolución que el estándar.
Dicho formato le da una cinematografía única, que nos remonta a cintas de la década de 1950, siendo el primer largometraje en utilizar esta técnica desde hace 61 años. La fotografía en general están sumamente bien cuidada, lo que permite que cada secuencia hable por medio del panorama en general, además de mostrar tomas que le dan un significado muy poderoso a cada escena.
Esto es notorio incluso en el inicio, dándonos una imagen de la Estatua de la Libertad desde la perspectiva de Tóth, que nos da a entender que la obra está dando a luz nuevamente al arquitecto húngaro.
La maravilla del guion es que, conforme va ocurriendo la trama, cada uno de los personajes tiene giros inesperados en su desarrollo, demostrándonos que nadie es lo que realmente parece y haciendo de estos, papeles sumamente impredecibles, que se enriquecen con la magnífica actuación del elenco.
Notoriamente, la banda sonora, de la mano de Daniel Blumberg, suma a cada escena con una alta potencia, mientras que nos remite a cada época en la que la película se lleva a cabo, mientras que algunas piezas se fusionan con los sonidos de ciertas secuencias.
El Brutalista llega a las salas de cine en México el próximo 6 de febrero de 2025.
No cabe duda que The Brutalist es uno de los contendientes más fuertes para llevarse el Oscar a Mejor Película en 2025, pues este drama épico nos muestra caras de la Segunda Guerra Mundial que pocas veces nos ha tocado explorar en la pantalla grande. Esta es una película obligada para los amantes del cine este año.
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