Desde la observación de los astros, hasta soñar que podemos volar al espacio (y conseguirlo)… a formar colonias en la Luna, Marte o algún planeta distante con las condiciones perfectas de la Tierra para la vida… el espacio no ha dejado de ser una de las grandes metas de la humanidad.
La carrera espacial que ocurrió a medio siglo XX entre la entonces Unión Soviética y Estados Unidos le dio un gran impulso a la humanidad para conquistar la gran frontera del espacio y que como humanos entonces fuera factible dejar de soñar con conquistarlo a conseguirlo.
Así pues, la ciencia ficción se alimentó de tantas posibilidades, por ejemplo, Alejandro I. López explica que Asimov planteó estaciones mineras que procesaran materiales lunares que dieran energía limpia a la Tierra y que esto sería posible en 2020 (quizá un poco tarde ya) y que para ese año ya habría un asentamiento humano espacial. Es posible imaginar hasta dónde habría llegado la humanidad en el espacio si se hubiese mantenido el nivel de avance y exploración espacial… aunque quizás era necesario esperar al desarrollo de la tecnología en sí misma, a pesar de que el conocimiento e investigación en el espacio jamás se ha detenido.
Y es que, aunque las ideas de Asimov aún no se han vuelto realidad, lo cierto es que cada vez nos acercamos más y la carrera espacial actual está liderada no por potencias mundiales, sino por empresarios multimillonarios que tienen los medios para lanzarse al espacio (literalmente) y enriquecerse con los recursos espaciales.
Pero… ¿el espacio debería ser propiedad de alguien o de alguna nación? La respuesta es un poco… complicada, ahora verás por qué.
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El tratado sobre el espacio ultraterrestre: el espacio es patrimonio de la humanidad
Este tratado es la base del Derecho Internacional sobre el espacio, su nombre completo es “Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes”, y fue creado por la ONU para evitar la militarización del espacio (incluyendo colocar armas de destrucción masiva o establecer bases militares), así como apropiarse de cuerpos celestes.
Este tratado se firmó en 1967, un par de años antes de que llegaran los primeros humanos a la Luna, hasta ahora hay 105 países firmantes y 24 otros que firmaron pero no lo ratificaron. Y podría decirse que éste, junto con la Estación Espacial Internacional (EEI), ha sido uno de los mayores esfuerzos de cooperación internacional… sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, puesto que la nueva carrera espacial está provocando cambios que permitan la actividad comercial en el espacio.
La explotación comercial del espacio: la nueva carrera espacial
En pleno siglo XXI estamos frente a una nueva carrera espacial, una impulsada no tanto por la ciencia (aunque no deja de haber mucho de ésto), sino por los intereses comerciales y de la explotación del espacio como tal.
Multimillonarios como Elon Musk o Jeff Bezos están al frente de empresas que están activamente investigando, experimentando y haciendo nuevos logros en cuanto a la exploración espacial.
Space X, de Elon Musk quizá sea el mejor ejemplo de ésto, pues con el lanzamiento del cohete Falcon 9 con la cápsula Crew Dragon, el 30 de mayo de 2020, redefinió el papel de las empresas privadas en un campo que por décadas fue principalmente gubernamental.
Pero… ¿por qué tienen tanto interés en ir al espacio?
Elon Musk ha hablado mucho sobre la idea de que la vida humana ocurra dentro y fuera del planeta Tierra como una forma de asegurar la existencia humana, y ha sido uno de los impulsores de hacer de Marte una colonia humana, pero antes de tan siquiera lograrlo, la incursión de estas empresas en el espacio se debe a un interés comercial que la propia NASA está permitiendo.
Crew Dragon has separated from Falcon 9’s second stage and is on its way to the International Space Station with @Astro_Behnken and @AstroDoug! Autonomous docking at the @Space_Station will occur at ~10:30 a.m. EDT tomorrow, May 31 pic.twitter.com/bSZ6yZP2bD
— SpaceX (@SpaceX) May 30, 2020
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Turismo espacial
Esto es que empresas privadas creen sus propias naves o cohetes que puedan viajar a la EEI y de regreso, dando pie al turismo espacial.
En ese sentido, cada vez está más cerca la posibilidad de viajar al espacio como un ciudadano común (y no como científico o ingeniero), aunque, claro está, no será nada barato.
Por ejemplo, un asiento en el avión espacial de Virgin Galactic (que te llevará 80 kilómetros arriba de la Tierra) cuesta alrededor de 450 mil dólares; hacerlo en el cohete de Blue Origin podría costar más de 1 millón de dólares, mientras que Space X ha hecho lo mismo, pero el precio no fue revelado. En pocas palabras, necesitas ser millonario para poder costear un viaje así (o quizás ahorrar por mucho, mucho tiempo).
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La minería espacial
Pero quizás el mayor negocio sea la minería espacial. Al tener asteroides ricos en minerales, su extracción podría significar una gran ganancia para quienes emprendan en este tipo de negocio.
Por ejemplo, hace poco se habló del asteroide Psyche-16 en las noticias , que se le conoce como el asteroide de oro. Se estima que tiene un diámetro de 210 kilómetros (1.7 canchas de futbol, para tener una referencia) y que está compuesto de metales como el hierro, platino y oro.
Además de los asteroides, también la Luna ha estado en la mira como un lugar del que podemos extraer recursos, pero no sin complicaciones, pues si bien el Tratado sobre el espacio ultraterrestre no necesariamente prohibe la explotación de los recursos, sin duda alguna será necesaria trabajo diplomático hacer esta tarea en cuerpos celestes como éste de forma responsable.
Aunque la minería espacial es un negocio de trillones de dólares, según las estimaciones más optimistas, también tiene sus grandes retos, no sólo es llegar al destino, sino también encontrar la forma de extraer los recursos, purificarlos, limpiarlos, traerlos a la Tierra y por supuesto, aprovecharlos… una cadena muy larga para una nueva industria que necesita encontrar una forma sustentable (en el mejor de los casos) de realizarlo.
Publicidad espacial
La publicidad está en tantos lugares de nuestras vidas diarias que parece normal pensar que el espacio también la tendrá y estará hecha para poder verse desde la Tierra sin problemas, ahora bien, aunque ha habido campañas de marketing de la mano de misiones espaciales (como enviar pizzas al espacio), lo cierto es que esta industria está fuertemente regulada por la ley internacional, puesto que a pesar de tener unas cuantas décadas en el espacio, hemos estado llenándolo de basura espacial y el objetivo es disminuirla.
¿Realmente podemos conquistar el espacio y crear colonias?
Fuera del negocio de la minería espacial o el turismo, un gran sueño ha sido crear colonias fuera del planeta Tierra donde la vida humana pueda sostenerse… ¿pero es posible?
Podría decirse que ahora mismo sí es posible, pero fuera de cualquier implicación de salud, la realidad es que es muy costoso, por ejemplo, llevar agua a los astronautas en la Estación Espacial Internacional tiene un costo de 2 mil millones de dólares por año, y esto es tan sólo agua para 6 tripulantes.
Una colonia espacial necesitaría forzosamente encontrar la forma de ser sustentable y obtener los recursos básicos para la vida, ya sea en naves flotantes o en asentamientos sobre la Luna o cualquier otro astro.
Otra de las grandes apuestas para llevar a los humanos a formar colonias en el espacio y que aseguren nuestra existencia si la Tierra colapsa sería la terraformación, que no es más que intervenir en otros planetas para recrear las condiciones de vida aptas de la Tierra.
Por ejemplo, existen estudios que teorizan cómo podríamos cambiar la atmósfera de Marte , como empezar a calentar el planeta y que se forme una atmósfera más gruesa, para después enfocarse en crear las condiciones para que haya el oxígeno necesario para que podamos respirar, entre otros procesos que se basan en los procesos físicos y químicos que ya ocurren en la Tierra.
Lo cierto es que si en algún futuro la humanidad consigue crear una colonia en el espacio, estaremos frente no sólo un nuevo hito de la historia humana, sino de cambios importantes en la biología, en especial cuando empiecen a nacer los humanos en el espacio y adaptarse a otras condiciones de vida como podría serlo la gravedad.
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