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10 cosas que necesitas saber sobre la mejor canción del disco de Taylor Swift

Por: Laura Gamboa 27 agosto 2020 • 5 minutos de lectura

Según expertos, “The Last Great American Dynasty” es el tema mejor logrado de Folklore, el reciente álbum de la cantante. En él, cuenta la historia de Rebekah Harkness, una millonaria excéntrica y parrandera con la que Taylor se siente muy identificada.

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Taylor Swift nació en 1989 y por lo tanto nunca conoció a quien solía habitar su mansión de Rhode Island, una mujer llamada Rebekah Harkness (1915-1982), mejor conocida como “Betty”. Sin embargo, en su canción “The Last Great American Dynasty”, nos queda claro que quiso rendirle un homenaje, quizá porque se siente identificada con la manera en que esta socialité fue juzgada en su época.

Además, claramente ambas comparten gustos inmobiliarios. La cantante compró la propiedad en 2013 por 17.5 millones de dólares y durante varios años fue escenario de sus fiestas del 4 de julio, que quedaron registradas en su Instagram y en el de varios de sus invitados famosos.

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Rebekah Harkness, la millonaria excéntrica que vivió en la casa que ahora es de Taylor Swift.

¿Pero quién es esta mujer con quien Taylor siente que tiene tanto en común? Aquí te explicamos:

1. Nació en San Luis, Misuri, el 17 de abril de 1915 en una familia “acomodada” y se educó en buenas escuelas.

2. Rebekah siempre fue rebelde; ella y sus amigas se hacían llamar “Bitch Pack” (algo así como “Paquete de perritas”). Hacía “travesuras” tipo: le puso aceite mineral a los drinks en el baile de debutante de su hermana. “She had a marvelous time ruining everything” (“Se la pasaba de maravilla arruinándolo todo”), canta Taylor en su canción.

3. Tuvo cuatro esposos. Del primero –un fotógrafo llamado Dickson Pierce, descendiente de un presidente de Estados Unidos y con quien tuvo dos hijos–, dijo que se casó con él “porque no tenía nada más que hacer”. El matrimonio duró 7 años, igual que su segunda unión con William Hale “Bill” Harkness, con quien tuvo una hija, Edith, que se la pasó en distintas instituciones mentales hasta suicidarse a los 33 años de edad. Él murió en 1954 y Rebekah tuvo dos matrimonios más con médicos, con quienes estuvo casada apenas cuatro y tres años, respectivamente.

4. En “The Last Great American Dynasty” Taylor describe su boda en 1947 con Bill Harkness (heredero de la petrolera Standard Oil) como “charming, if a little gauche” (“encantadora, pero poco sofisticada”). Tras casarse, la pareja compró la casa de Rhode Island y la llamó “Holiday House”, tal como narra la canción.

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“Holiday House” es el nombre de la mansión de Taylor en Rhode Island. Fue construida en 1930, ocupa más de dos hectáreas, tiene aproximadamente ocho cuartos, 10.5 baños y una impresionante vista al mar.

5. Este matrimonio la posicionó definitivamente dentro de la alta sociedad, llegando incluso a aparecer en la revista Vogue en diciembre de 1956 con la leyenda: “Una joven con un interesante rango de intereses, la señora Harkness es escultora, músico profesional, esquiadora (está a punto de irse de vacaciones a su chalet en Gstaad con sus tres hijos) y una filántropa muy activa”.

6. Sus vecinos de Holiday House odiaban a Rebekah y hablaban muy mal sobre ella, pues convirtió su mansión en escenario de fiestas alocadas muy al estilo del Great Gatsby.

7. A sus parrandas iban personajes del nivel de Andy Warhol, J.D. Salinger (autor de El guardián entre el centeno) y Salvador Dalí. Ciertas anécdotas que realmente sucedieron son narradas en la canción: “Filled the pool with champagne (Dom Pérignon) and swam with the big names. And blew through the money on the boys and the ballet. And losing on card game bets with Dalí [...] And in a feud with her neighbor. She stole his dog and dyed it key lime green” (“Llenaba la alberca con champán y nadaba con grandes tipos. Tiraba el dinero en chicos y en el ballet y perdía en juegos de cartas de apuesta con Dalí [...] Y en una pelea con un vecino le robó el perro y lo pintó de verde lima”), que en realidad fue un gato, pero todos sabemos que Taylor ama a los felinos así que en su composición lo reemplazó por un perro.

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Salvador Dalí, J.D. Salinger y Andy Warhol solían asistir a las fiestas de la millonaria.

8. Cuando Bill Harkness murió, Rebekah le hizo a la mansión una remodelación loquísima, dejándola con 21 baños y ocho cocinas. Sobre su viudez, Taylor canta “The doctor had told him to settle down. It must have been her fault his heart gave out” (“El doctor le había dicho que se calmara. Debió haber sido culpa de ella que su corazón se agotó”).

9. Su pasión era el ballet, de hecho en 1964 empezó su propia compañía, The Harkness Ballet, pero le fue muy mal en el proyecto por diferencias creativas con los involucrados y acabó perdiendo mucho dinero.

10. Al morir de cáncer en 1982 a los 67 años, su obituario en el New York Times la calificó como filántropa, patrona de la danza y la medicina y artista (un adjetivo que ella misma se adjudicó). Sus cenizas fueron depositadas en una urna realizada por Salvador Dalí con valor de 250 mil dólares. Desafortunadamente, sus restos no cupieron en tan delicada pieza y su hija tuvo que transportar el resto de sus cenizas en una bolsa de súper.

Sabiendo esto, queda claro por qué Taylor siente que al contar la historia de Rebekah, de alguna manera cuenta la suya, pues sus vecinos en Rhode Island también la criticaron por sus fiestecitas y por el torbellino de paparazzi y de elementos de seguridad que inunda las calles del pueblo y la playa, cada que la cantante está en Holiday House.

Por otro lado, mientras que la millonaria tuvo a su “Bitch Pack” compuesto por personajes archifamosos, el squad de Taylor también ha estado integrado por celebridades de primer nivel, como Gigi Hadid, Cara Delevingne, Selena Gomez, los Jonas brothers y por supuesto los múltiples novios que la cantante ha tenido, entre ellos Conor Kennedy, Joe Jonas y Tom Hiddleston.

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Las fiestas del 4 de julio que Taylor ha realizado en Holiday House han llegado a ser tan legendarias como las de la dueña anterior de la mansión.

Además, en su canción, Taylor defiende a Rebekah como una mujer juzgada sin conocimiento de causa y se pone en paralelo con ella al cambiar los pronombres de su composición, pues inicia diciendo “There goes the maddest woman this town has ever seen. She had a marvelous time ruining everything” (“Ahí va la mujer más loca que este pueblo ha visto. Se la pasó de maravilla arruinándolo todo”) y al final canta “There goes the loudest woman this town has ever seen. I had a marvelous time ruining everything” (“Ahí va la mujer más ruidosa que este pueblo ha visto. Me la pasé de maravilla arruinándolo todo”).

Al final, Taylor hace un ajuste de cuentas con quienes intentan hacerle una mala reputación simplemente por ser joven y divertirse. Y lo hace a través de esta celebrada canción que para muchos es una de sus mejores composiciones hasta el momento.

Aquí te dejamos el video con letra, en lo que sale el video oficial:

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