Ana Paula está en constante preparación y siempre a la vanguardia en cuanto a nutrición, salud y bienestar. Hizo su certificación en el Institute for Integrative Nutrition de Nueva York, donde se graduó como Health Coach.
Ahí no pararon sus ganas de seguir aprendiendo, por lo que después estudió en el Bauman College de California y en el Institute for Functional Medicine de Washington, para certificarse como Nutrióloga Funcional y Bulletproof Coach.
“Han sido casi seis años de estudios y certificaciones solamente para estar bien preparada y poder ayudar a mis pacientes de la mejor manera”, explica Ana Paula quien además de cuidar su alimentación, se mantiene en forma haciendo entrenamiento con pesas.
Con la nutrición, aprendió cómo funcionan las dietas y cómo sirven para ciertas etapas y metas en la vida. De hecho, ella experimentó durante cuatro años el estilo de vida keto y atravesó cambios significativos durante ese proceso, al respecto, comenta: “No se tiene que llevar una dieta cetogénica para siempre, a menos que así lo determine alguna condición médica. Creo que lo primordial es escuchar a nuestro cuerpo y evaluar si con esa dieta nos sentimos bien, con energía, o si nos sentimos más ansiosas y cansadas”.
La gran herramienta del cuerpo: la cetosis
La dieta cetogénica ha existido desde la década de 1920 para tratar la epilepsia. La cetosis es la capacidad que tiene el cuerpo de utilizar la grasa como energía cuando no se recibe alimento, cambiando de ser quemador de glucosa a ser quemador de la grasa que consumes y de tu grasa corporal; así es como empieza la pérdida de peso. La manera de lograrlo es consumir 90% de grasas, 15% de proteína y 5% de carbohidratos.
“Estar en cetosis es un estado metabólico normal, nuestros ancestros subsistían gracias a este proceso cuando no había alimento. La cetosis nutricional ocurre cuando hay niveles elevados de cetonas en la sangre, al tiempo que los niveles de azúcar son bajos”, detalla la health coach, quien hace hincapié en que no existe una dieta perfecta que sea igual para todos, sino que es necesario una alimentación personalizada.
“Todas las mujeres reaccionan diferente a este tipo de dieta, pues hay que tomar en cuenta la edad, las hormonas, el ejercicio, las intolerancias, etc. Por eso existen varios análisis que te ayudan a definir esto mucho más rápido”, señala Ana Paula, quien se basa en esa información para poder ayudarle mejor a sus pacientes.
Su recomendación es ir con alguien especializado que te ayude a lograr tus objetivos: “Siempre hay que checar con nuestro doctor antes de realizar cualquier cambio en la alimentación y hay que tratar de agregar más verduras verdes a nuestro día, ya sea en green smoothies (sin fruta, claro), sopas, ensaladas, etc.”
Respecto a las pacientes ideales para intentar la dieta keto, Ana Paula dice que todos tenemos la capacidad de probarla, evaluar si nos gusta y hacerla si nos sentimos bien, aunque considera que las personas con un problema de peso o algún tema de salud que pueda solucionarse o atenuarse con un cambio en la alimentación, deberían considerarla en serio.
Pasos para un cambio de vida saludable
Lo primero que hay que hacer para comenzar con este estilo de vida y alcanzar los objetivos de salud o estética deseados, es contactar a un profesional de la nutrición, pues la dieta cetogénica tiene que adaptarse a tus necesidades: “Hay que conocer los síntomas que aparecen cuando entramos en estado de cetosis y saber cómo tratarlos. Si haces ejercicio, tal vez las primeras dos semanas hay que bajarle a la intensidad, ya que tu cuerpo se está adaptando y te puedes sentir más débil”, aclara.
Varios estudios han mostrado que la dieta cetogénica ayuda en condiciones como epilepsia, diabetes tipo 2, obesidad, enfermedades cardiovasculares y varios síndromes, como el metabólico, el de ovario poliquístico y el del intestino irritable, por ejemplo, aunque, de acuerdo con Ana Paula, “no hay dietas malas o buenas, todas funcionan siempre y cuando estén personalizadas en armonía con nuestras necesidades, estilo de vida, metas y estatus físico”.
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Estas son algunas de las reglas que deben seguirse en un plan Keto, la cual también puede adaptarse exitosamente a un plan vegano:
- Las dos primeras semanas, bajarle a los lácteos para reducir la inflamación.
- Consumir la mayoría de vegetales verdes y caldo de hueso.
- Consumir proteínas, que se encuentran en pescados, mariscos, pollo, pavo y carne.
- Consumir grasas, que se encuentran en el aguacate, aceite de coco (MCT), aceite de oliva, aceitunas, nueces, ghee (mantequilla clarificada), tahini y mayonesa.
- Conforme vas avanzando en el proceso de adaptación, se pueden ir agregando más alimentos, como coliflor, fresas, moras azules, etc.
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Ana Paula nos ejemplifica un día del plan de alimentación keto para esta temporada de calor. Ojo: este plan se determina dependiendo de la fase en la cual esté la persona.
Mañana:
- 1.5 taza de café o té, que puede ser el Iced Keto Latte.
- 2 cucharadas de semillas de hemp o 1 cucharada de crema de almendra.
- 1 cucharada de Brain Octane Oil o MCT C8.
- 1/4 cucharadita de extracto de vainilla sin azúcar (también puede ser Stevia sabor vainilla o fruta del monje para endulzar).
- 1/4 cucharadita de canela ceilán.
- 1 pizca de sal del Himalaya.
- Hielos.
- Opcional: 1 cucharada de péptidos de colágeno.
Comida:
- Ceviche de palmitos con aceite de oliva, limón, aceitunas picadas, chile verde, alcaparra, cilantro y poquita cebolla.
- Ensalada de espinaca, pepino y apio con aceite de oliva, acompañado de pescado o mariscos a las finas hierbas, con aguacate y si se desea, un poco de mayonesa.
Snack:
- Un cuadrito de chocolate sin azúcar y sin lácteos, con tantita crema de almendra o macadamia. Durante las vacaciones siempre llevar contigo snacks saludables.
Cena:
- Ensalada de atún o frittata de huevo con verduras.
