Lo que tendríamos que hacer es comer sanamente, alimentarnos con proteína suficiente con los nutrientes adecuados para que estos vayan a la médula ósea y ahí se desarrollen los glóbulos blancos.
Las proteínas las puedes encontrar en cualquier tipo de carne, sea roja o blanca o pescado; queso, leche y huevos. O bien, si eres vegano, la puedes encontrar en semillas y frutos secos; lentejas u otras legumbres, quinoa, espirulina y chía, entre las más conocidas.
Por otro lado, se deben diferenciar las grasas, ya que las grasas saturadas aumentan el riesgo de enfermedades cardiacas y las grasas no saturadas ayudan a la absorción de vitaminas liposolubles al cuerpo; las grasas buenas las podemos encontrar en el ajonjolí, soya y maíz, entre otros.
También debemos comer carbohidratos, ya que estos nos dan la energía necesaria para realizar nuestras actividades a diario, pero, en exceso, darán como resultado niveles bajos de linfocitos o células T, y debido a esto tendremos respuestas menores de inmunidad.
Otra opción que tenemos es comer antioxidantes, estos son nutrientes, minerales y vitaminas que reparan las células dañadas en el cuerpo. Algunos antioxidantes son vitaminas C, E, Zinc que podemos encontrarlos en algunas verduras y/o frutas tales como jengibre, guayaba, fresas y tomates, frijoles, mariscos y nueces, entre otros.
Los pasos a seguir para mejorar nuestro sistema inmunológico son:
- Comer sanamente
- Realizar ejercicio con frecuencia
- Dejar de fumar
- Beber por lo menos 2 litros de agua
- Evitar las bebidas alcohólicas
- Dormir por lo menos 6 horas al día, y
- No estresarse, ya que el estrés puede deprimir el sistema inmunológico.
Tener un sistema inmunológico sano es fundamental para estar saludables y no caer ante el primer virus que nos ataque. Esto dependerá de los hábitos cotidianos que tengamos, siguiendo estos consejos podremos obtener unas defensas altas y una vida más saludable.