Redacción: Central/ Foto: Unsplash
El acné es la enfermedad de la piel más común entre la población y genera gran cantidad de dudas sobre sus causas y tratamientos. El más grande de los mitos es: “sólo le pasa a los adolescentes”. El 80% de quienes la padecen tienen entre 11 y 30 años, mientras que el resto puede oscilar entre los 50 años y más. Así que la próxima vez que alguien asegure cualquiera de los siguientes puntos, pásales la nota.
1. “La culpa la tienen los chocolates”
No hay evidencia médica que asocie una dieta rica en grasas con la aparición de barros o espinillas. Las personas sufren de acné recurrente debido a la aceleración del proceso químico que induce la producción de sebo.
2. “Seguro no se baña”
La falta de higiene poco tiene que ver con este proceso químico. Dermatólogos aseguran que un exceso de limpieza en el rostro puede causar resequedad en la piel, y no evitará el brote de granitos.
3. “Entre más productos de belleza, menos acné”
Hemos visto decenas de comerciales que aseguran desaparecer el acné por arte de magia. Falso. Algunos medicamentos pueden ayudar a reducir el sebo causante del acné, disminuir las bacterias o aliviar la inflamación, pero no desaparecerlo.
4. “Es por el estrés”
El estrés no provoca acné. En cambio, puede agravarlo si ya se padece, debido a desajustes en la alimentación o por algunas malas conductas como tocarse el rostro constantemente. Imagina todas las bacterias que depositas en tu cara cada vez que repites ese gesto.
5. “El maquillaje tuvo la culpa”
Cuando las células de la piel se juntan y crean un tapón en el poro, se produce la hinchazón que puede convertirse en un barro o espinilla. No tiene que ver con el maquillaje, pero no está de más ser precavidas y elegir un maquillaje hipoalergénico que no bloquee los poros.
Si todo lo anterior es falso, entonces, ¿qué es lo que produce el acné?
El acné es la manifestación de anomalías hormonales, aunque también puede ser hereditario. Los folículos encargados de la producción de sebo entran en contacto con la superficie de la piel, pero cuando éste no puede salir se desarrollan bacterias que producen la inflamación y el acné.
Lo más importante es consultar la opinión de un dermatólogo que evaluará tu tipo de piel y te ofrecerá un tratamiento adecuado.