Por: Daniela Muñiz
Ojalá esas “arañitas” en tus piernas fueran esos pequeños insectos de 8 patas que se pueden eliminar con tan sólo una sacudidita. Pero no, son las espantosas várices, que no son más que venas superficiales dilatadas que aparecen especialmente en la parte baja de las piernas, y que se caracterizan por la presencia de protuberancias bulbosas bajo la piel.
Las causas son variadas, y van desde la herencia, problemas hormonales, sobrepeso, algunas actividades que realizamos con frecuencia y problemas traumatológicos. Es importante que sepas que no son parte del proceso de envejecimiento, así que te pueden aparecer a cualquier edad.
Los síntomas son dolor, pesadez, hinchazón, hormigueo y manchas cutáneas. Si no se atienden a tiempo o se controlan, pueden derivar en consecuencias más severas como atrofia de la piel o trombosis.
¿Cómo combatirlas?
Controla el peso
Bajar de paso reducirá la carga que nuestras piernas deben llevar y, por lo tanto, aliviará la presión que los kilitos de más ejercen sobre nuestras venas.
Come fibra
Aunque te suene un poco raro, si te extriñes, eres más propensa a que te salgan várices. La presión que se produce en las venas del recto cuando no puedes hacer del baño se transmite a las venas de las piernas. Incluir alimentos ricos en fibra ayudará a mejorar tu digestión.
Cero brinquitos y saltos
El rebote fuerte de los pies sobre superficies duras puede agraviar el problema de las várices.
Zapatos ni muy muy, ni tan tan
Tanto los tacones demasiado altos, como los zapatos extremadamente planos dificultan el retorno sanguíneo. Lo ideal es que tu calzado tenga un taconcito entre 3 y 4 cm de altura.
Cambia posiciones
Estar mucho tiempo sentado o de pie estanca la circulación y flujo de la sangre en las piernas. Si por tu trabajo tienes que estar en estas posiciones durante largos periodos, es conveniente alterarlas con un poco de movimiento.
Piernas arriba
Esto es con el fin de mover la sangre estancada en las venas inferiores de las piernas. Es aconsejable elevar las piernas lo más alto que se pueda antes de dormir. Acuéstate sobre una superficie blanda y recarga tus pies contra la pared formando un ángulo de 70° a 90°, y permanece así por 15 minutos.
Cero ropa ajustada
Las prendas muy apretadas oprimen el cuerpo y dificultan la circulación.
Usa medias especiales
Existen medias en el mercado especiales para esta enfermedad. Su función consiste en ejercer una presión que vaya disminuyendo desde los tobillos hacia arriba y favorecen el retorno sanguíneo.
Bye, bye a la sal, el picante y las grasas
Estos alimentos son el peor enemigo del buen funcionamiento del sistema venoso de las piernas, especialmente si el problema de las várices es por genética.
No las expongas al sol
El calor entorpece la circulación sanguínea.
No más cigarrillos
El tabaco deja residuos tóxicos que afectan la microcirculación sanguínea.
¡No cruces las piernas!
La mayoría de los canales circulatorios venosos y linfáticos pasan por detrás de las rodillas. Estar sentada con las piernas cruzadas comprime la zona e impide el flujo de sangre, ocasionando que nuestras piernas se duerman y agravando el problema de las várices.
Recuerda, ¡piernas saludables; piernas bellas!