Aunque la discriminación pareciera ser cosa del pasado, la realidad es que México, al igual que centena de naciones a lo largo y ancho del globo terráqueo, sigue padeciendo de severos problemas de segregación, maltrato y violencia en contra de minorías o de quien no cumple con los estándares que marca el mundo occidental.
Pese a que ya se han emitido diversas legislaciones con respecto a la no discriminación en lugares públicos, aún es común que muchos lugares se “reserven el derecho de admisión” sin que esto sea legal. Irónicamente, en muchos de los lugares donde ostentan a través de un cartel que “Aquí no se discrimina basado en raza, género u orientación sexual”.
Una triste realidad
México es un país poscolonial que favorece un estereotipo heterosexual, blanco e, incluso, caucásico. Otro tipo de razas son vistas con un dejo de inferioridad o, como sucede en el caso de la población indígena, segregadas a vivir en condiciones infames.
Autoridades reportan que en varios restaurantes y clubs nocturnos en México, se privilegia a un tipo de personas mientras que otras son relegadas a esperar horas para poder entrar o, de plano, nunca son autorizadas.
Este tipo de discriminación, que está prohibida por la ley, sucede más a menudo de lo que imaginamos y forma parte del imaginario colectivo mexicano. El cambiarlo, tomará décadas e incluso siglos.
El hecho de que podamos reflexionar al respecto es un gran paso, digamos juntos No a La Discriminación.