¡Aquí la historia de las más importantes!
JUMPSUIT
Fue diseñado durante la Segunda Guerra Mundial(1939-1945) con la idea de que, al ser de una sola pieza, se pudiera poner y quitar rápidamente ante una emergencia. El nombre que se le dio en esa época fue “siren suit” e, incluso, Winston Churchill, primer ministro del Reino Unido, lo utilizó como uniforme.
MÁSCARA DE PICO
Cuando la peste negra se extendió por toda Europa en la Edad Media, Venecia fue uno de los focos principales de la infección. Para acabar con ésta, los médicos diseñaron una máscara cuyo pico impedía que se acercaran demasiado al aliento del infectado. Y como se creía que la enfermedad era transmitida por los pájaros, pretendían alejarlos con esa pinta de ave gigante.
VELO DE NOVIA
Se considera a los ritos maritales de las religiones paganas de la Antigua Roma y Grecia como las primeras ocasiones en las que se usó velo de novia. Generalmente, eran telas rojas o amarillas que servían para proteger a la novia de espíritus malignos que podían robarle su pureza.
GUANTES
Se tiene registro del uso de guantes para proteger las manos desde los primeros habitantes de las tierras de temperatura fría. Los griegos explican su origen con una historia mitológica: mientras Afrodita (la diosa del amor y la belleza) perseguía a Adonis en el bosque, se lastimó las manos con unas espinas; para seguir su camino, se las cubrió con unas tiras delgadas y livianas de diferentes plantas.
TURBANTES Y PAÑUELOS
En la Revolución Industrial (1760-1840), muchas mujeres salieron de sus casas para formar parte de la fuerza laboral en las nuevas fábricas e industrias. Para que el pelo no les estorbara en el trabajo, se ponían turbantes, mascadas y pañoletas, que también daban un toque de color y feminidad a sus atuendos.
LA CRINOLINA, INFALIBLE PARA EL DISTANCIAMIENTO SOCIAL
En la época victoriana (1837-1901), esta pieza amplia y voluminosa sirvió de barrera para separar al género masculino del femenino durante los eventos sociales. Además,indicaba privilegio, pues era obvio que quien la portaba jamás hacía tareas del hogar y, seguramente, vivía en una casa grande y tenía alguna sirviente que la ayudaba a ponérsela y quitársela. Desde 1850, la crinolina de aros flexibles comenzó a utilizarse por las mujeres de
clase media para mantener una sana distancia social. Ningún pretendiente, y mucho menos un extraño, podía sobrepasar dicha barrera. Aun cuando esta prenda ayudaba a evitar el contagio de la viruela y el cólera, era un peligro latente: algunas personas murieron quemadas cuando sus aprisionantes faldas se encendían por accidente.