Pocas cuevas de hielo provocan tanto asombro en el mundo como las que existen en lo más alto del Monte Rainier en el estado de Washington en los Estados Unidos.
A diferencia de otras cuevas que están formadas con rocas y recubiertas de nieve o hielo, estas cuevas son de hielo asentadas sobre un volcán aparentemente dormido, ahí radica su belleza única y su peligro latente.
Cómo se formaron las cuevas de hielo del Monte Rainier
De acuerdo con la Asociación de Conservación de Parques Nacionales de Estados Unidos, el cráter del Monte Rainier está lleno de nieve y hielo. El calor procedente de las profundidades de la montaña sube a través de las fracturas de la roca volcánica y derrite la base de la capa de hielo, lo que provoca que se formen túneles y cuevas.
A menudo, los escaladores que visitan la montaña se han refugiado de las tormentas en estas cuevas de hielo, entrando por las pequeñas aberturas que hay a lo largo del borde del cráter.
Un mapa de 1970 contaba más de un kilómetro y medio de cuevas heladas (solo en el cráter principal) con innumerables canales secundarios que no habían sido rastreados aún y que estaban muy lejos de ser mapeados. Una cámara de hielo incluso contaba con un pequeño lago helado.
El geólogo Paul Kennard utilizó un radar para determinar el espesor del glaciar del cráter de la cumbre y descubrió que era de 60 metros de espesor.
La misma asociación indica que el montañista Lou Whittaker describió en 1957 a las cuevas de hielo de la cima como lugares oscuros y humeantes con un toque de azufre en el aire, donde increíblemente el aire es respirable y cuyas condiciones no cambian mucho en la actualidad.
Hace poco más de 50 años, una de las principales atracciones del Monte Rainier era la zona del glaciar Paradise-Stevens en su costado. Estaba plagado de cuevas y grietas de hielo que se encontraban a poca distancia de las carreteras principales cercanas al parque nacional.
Con el pasar de los años y el cambio climático, el glaciar disminuyó su área y se separó en dos pequeños segmentos de hielo, tal y como lo informa el Parque Nacional del Monte Rainier en su sitio web .
Las cuevas de hielo y el latente peligro
El United States Geological Survey (USGS) de Estados Unidos considera que el Monte Rainier es el volcán más peligroso de la Cordillera de las Cascadas por su altura, frecuentes terremotos, su sistema hidrotermal activo y un extenso manto glaciar que comprende 25 glaciares en total.
A pesar de que el Monte Rainier no ha tenido una erupción volcánica significativa en los últimos 500 años, si llegara a existir una erupción y una parte del hielo se derritiera, el fenómeno produciría agua suficiente para provocar grandes flujos de lodo (llamados lahares) que arrastrarían todo a su paso, incluyendo material volcánico hacia los valles circundantes.
El medio de noticias CNN detalla que el lahar más mortífero que ha visto la historia actual de la humanidad ocurrió en 1985 en Colombia, cuando el Nevado del Ruíz hizo erupción: “un par de horas después de iniciarse la erupción, un río de lodo, rocas, lava y agua helada arrasó la ciudad de Armero, matando a más de 23.000 personas en cuestión de minutos”.
El vulcanólogo estadounidense, Bradley Pitcher mencionó en entrevista para un episodio del programa Violent Earth de CNN que “cuando llega al reposo después del lahar, se tiene una sustancia endurecida casi como de concreto que puede ser como arena movediza cuando la gente está tratando de salir de ella”.
Las cuevas de hielo y los glaciares del Monte Rainier son sumamente asombrosos, pero además de ser terrenos poco estables, pueden ser sumamente catastróficos si la montaña dormida llegara a despertar.
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