El hermoso entorno y las montañas sagradas de Nikko han sido el telón de fondo del culto budista y sintoísta desde al menos el siglo VIII. Sus santuarios y templos más famosos, entre los más magníficos de Japón, son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El parque nacional que lo rodea es un destino para excursionistas de todos los niveles.
Esta bella ciudad se encuentra al norte de Tokio, accesible a través de los trenes rápidos tan característicos de Japón. Aquí destaca el complejo del Santuario Toshogu. Toshogu es el mausoleo de Tokugawa Ieyasu, el fundador del poderoso shogunato Tokugawa que gobernó Japón desde 1603 hasta 1867. El Santuario Toshogu, lujoso, colorido e intrincadamente tallado, contrasta con muchas de las estructuras religiosas más estoicas de Japón.
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En esta mágica zona, con vista al monte Nantai y ubicada en la orilla este del lago Chuzenji, el impresionante Ritz-Carlton, Nikko ofrece aguas termales naturales, un spa, actividades al aire libre únicas y delicias culinarias y culturales locales en medio de una naturaleza virgen.
El hotel ofrece una selección de excursiones que van desde andar en bicicleta por humedales protegidos, pasear por los santuarios centenarios hasta meditar bajo las cascadas. Los invitados incluso tienen la oportunidad de dominar la habilidad japonesa de envolver furoshiki (tela) y asistir a una ceremonia de fuego en el templo.
Muchos de los aspectos de diseño del hotel rinden homenaje a su telón de fondo en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, agregando un poco de historia antigua honrada al diseño moderno. El diseño de las habitaciones se basa en el estilo local Kanuma-kumiko, un arte tradicional japonés que consiste en tallar madera de ciprés y colocarla en intrincados diseños geométricos usando presión en lugar de pegamento o clavos. Es un aspecto delicado que se suma al lujo minimalista del hotel.
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La propiedad también contiene un spa con cuatro salas de tratamiento. Es el primer Ritz-Carlton que presenta una experiencia de aguas termales en la tradición japonesa onsen. Los huéspedes están invitados a disfrutar de los baños de aguas termales cubiertos y al aire libre, llenos de aguas termales terapéuticas extraídas de los manantiales del cercano Yumoto Onsen, así como a participar en una meditación nocturna.
En su restaurante japonés degustamos la gastronomía kaiseki. Los banquetes kaiseki inspirados en la temporada son tan memorables por su ingeniosa presentación como por su sabor delicadamente equilibrado. Los platillos son presentados en vajilla Mashiko hecha a mano, una cerámica exclusiva de la zona de Tochigi.
Dentro de un edén de belleza natural y maravillosos templos, Ritz-Carlton, Nikko es un santuario que nos invita a conocer la magia y misticismo de Japón.
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