El oído es, sin duda, uno de los órganos más interesantes de todo el cuerpo humano: recibe estímulos (ondas sonoras), los convierte en señales eléctricas y los transmite al cerebro para su interpretación. Conoces su exterior, pero por dentro hay toda una maquinaria que permite que funcione:
Oído externo: Está compuesto por el pabellón y el conducto auditivo, además del tímpano. Recoge las ondas sonoras.
Oído medio: Lo integran huesos y trompas de cartíla- go. Transmite las ondas hacia el oído interno.
Oído interno: Está conformado por la cóclea y el ner- vio auditivo. Transforma las ondas en impulsos eléctricos que son enviados al cerebro.
Afecciones
Las tres más frecuentes son:
• Otitis Infección en los canales auditivos; comúnmente causada por el uso de cotonetes o la humedad.
• Enfermedad De Menière Problema en el que el oído interno acumula demasiada agua y, por lo tanto, la presión en éste aumenta, causando náuseas, vértigo o deterioro de la capacidad auditiva.
• TinnitusElclásicozumbidoquenosabesde dónde salió, pero allí está. Puede presentar- se en episodios (causados por exposición a ruidos fuertes) o de forma crónica (por infecciones, enfermedades cardiacas, tumores cerebrales o problemas hormonales).
¿Cómo cuidarlos?
Parecería obvio, pero lo principal es no ex- ponerlos a sonidos extremadamente fuertes.
Sin embargo, tu salud auditiva no sólo tiene que ver con este punto - que, de por sí, ya es difícil lograr en un mundo ruidoso como el de hoy–; existen, además, cuidados de otro tipo que te ayudarán a mantenerlos a salvo de cualquier daño causado por contamina- ción y otros agentes externos.
Bájale: Procura que tus dispositivos de audio en casa y el trabajo nunca estén en un volumen superior al 60 por ciento de su capacidad. Está bien usar audífonos, pero por ningún motivo le subas al máximo; también es recomendable darle a tus oídos un descanso cada media hora.
Sécalos bien: Igual que el pelo, los pies o cualquier otra parte del cuerpo, es sumamente importante que, después de bañarte, te asegures de quitar el agua por completo, para evitar humedad que dañe las membranas de tu oído externo.
No les metas nada: Son comunes los incidentes, sobre todo en etapas infantiles, en los que objetos terminan dañando la membrana interna o provocando tapones de cerumen profundos y difíciles de extraer.
Pero, ¿y los cotonetes?: Si bien es cierto que hay que mantener la higiene, la limpieza no debe hacerse introduciendo algo. La forma adecuada de hacerlo es con agua y jabón, mientras te bañas, tallando suavemente la parte externa con la yema de tus dedos.
Test +50: Después de esta edad, es fundamental que realices revisiones auditivas con un profesional.
Datos sobre el oído
Bendita cerilla
Se llama cerumen y, aunque es desagradable a la vista, cumple una función importante en el cuerpo. Está compuesta por grasa, sudor y células muertas de la piel, y funciona como
barrera natural ante agentes externos y como material para limpiarlos: cada vez que mueves la mandíbula (al masticar o hablar) el cerumen atrapa más células muertas, e hidrata la piel de la zona.
En equilibrio
Los oídos tienen líquido en su interior, y esa es la razón por la que tu cerebro puede saber en qué posición te encuentras, si estás subiendo o cayendo. De ahí que, cuando te da una infección en los oídos, el vértigo puede ser un síntoma presente.
¿Se tapó?
Lo más recomendable es acudir con un especialista; no obstante, hay remedios para situaciones controlables, como aplicar dos gotas de aceite de oliva, colocar la cabeza de forma horizontal sobre el oído bloqueado y esperar cinco minutos para conseguir que la grasa se ablande y la gravedad permita el movimiento del tapón.
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