Los primeros años de vida de tu hijo son ideales para enseñarle y que aprenda cuántas técnicas y prácticas lo ayuden a lo largo de su vida a ser una persona plena y consciente de sí mismo, ya que absorbe el conocimiento de manera rápida, ¡como esponja!
La atención plena es una práctica del Mindfulness que tiene entre sus múltiples beneficios ayudar a controlar el estrés y la ansiedad, mejorar casos de insomnio, tener un mejor manejo de las emociones, así como aumentar nuestra capacidad de concentración.
En el caso de los niños, realizar juegos y ejercicios acorde a sus edad y enfocados a la atención plena les ayudará a desarrollar su inteligencia emocional, su creatividad y a ser más asertivos.
¿Es una práctica desafiante para los más pequeños? ¡Claro que no! En un inicio los juegos y los ejercicios requerirán de tu paciencia para encaminarnos hacia una praxis constructiva, sin embargo, con el tiempo adquirirán la destreza para realizarlos de manera divertida.
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El portal IntiMind español , propone dos juegos para entrenar la atención plena con los más pequeños de la familia, ya sea por parejas, de forma individual o en grupo, en casa o en la escuela.
Círculo de la campana
Materiales: una campana, un cascabel o un palo de lluvia.
Con un grupo de personas, formen un círculo. Traten de pasar la campana de persona a persona, sin que suene.
El objetivo del juego es trabajar la concentración, la paciencia y la respiración. Si quieres aumentar el nivel de dificultad, puedes hacer la actividad con los ojos cerrados o en un círculo de espaldas.
Meditación con semillas
Materiales: semillas diferentes, una superficie plana y una campana o un cascabel.
Este entretenido juego podría ser su primera meditación y con ella la atención plena se trabajara a tal grado que la concentración los guiará con éxito al fin de la actividad, haciéndolos capaces de lidiar con cualquier cosa.
Lo primero que debes hacer es mezclar las semillas en un bote. Luego, colócalas sobre la superficie plana y pide a tus pequeños que las separen por grupos. Para marcar el inicio y el final de la actividad puedes hacer sonar el cascabel o la campana.
Si tus hijos tienen más de 5 años, además de separar las semillas por grupos puedes pedirles que formen figuras.
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