Cuando estamos nerviosos o tenemos crisis de ansiedad o estrés, una forma que utilizamos para relajarnos es tronarnos los dedos.
Tomamos nuestra mano y tronamos dedo por dedo para sentirnos aliviados; pero, cuando el estrés es muy intenso, ¡zaz!, tomamos toda la mano y tronamos todos los dedos en un solo movimiento.
Aunque este hábito nos permite librar la presión y sentirnos más relajados, la verdad es que podría ser perjudicial para nuestros dedos, manos y articulaciones.
De acuerdo con Miguel Villafaina Muñoz, del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España, reveló que tronarnos los dedos está relacionado con la artritis y otras problemáticas en las manos.
Si quiere descubrir de qué problemas te hablamos, aquí te lo revelamos.

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Debilidad muscular
Tronarse los dedos de forma muy seguida puede ocasionar debilidad en los músculos de las manos y dedos.
Si un solo dedo presenta debilidad, puede ocasionar que nuestra mano ya no logre tomar los objetos como antes.
Esto quiere decir que, al tomar desde un vaso hasta el celular, podría causarnos problemas de agarre, temblor en los músculos e incluso que las cosas se nos caigan.
Inflamación
Otro riesgo que existe al tronarse los dedos es el que se inflamen las articulaciones hasta que cause dolor.
Desgaste del cartílago
Tronar los dedos de forma constante puede causar un desgaste de los cartílagos, algo que podría ser un poco complicado de recuperar.
Artritis
Aunque no ocurre en todos los casos, tronar los dedos podría generar artritis después de un tiempo prolongado.
“La relación que tiene es que aquellos que puntualmente hacen crujir sus articulaciones pueden tener artritis. Si lo hacen muy reiteradamente a lo largo de la vida pueden tener un proceso degenerativo que se llama artrosis”.
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¿Por qué nos gusta tronarnos los dedos?
Según investigadores, tronar los dedos podría ser una actividad satisfactoria para las personas debido a una simple cosa: el ruido que genera.
Como si se tratara de una burbuja de jabón, el sonido que produce tronar los dedos podría resultar placentero para las personas que lo hacen, es por eso que se convierte en un hábito cuando se siente estrés.