Cada 11 de abril se conmemora el Día Mundial del Parkinson, una patología neurodegenerativa del sistema nervioso, que es crónica e incurable y que actualmente afecta a un poco más de siete millones de personas en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud .
El Parkinson se asocia a rigidez muscular, dificultad para caminar, temblores constantes, alteración en la coordinación de movimientos, así como cambios en el habla y la escritura.
De acuerdo con MayoClinic , esta patología es desencadenada a causa de la muerte progresiva de algunas neuronas del cerebro. Muchos de los síntomas anteriormente mencionados obedecen a una pérdida de las neuronas que producen dopamina, un tipo de neurotransmisor del cerebro.
Cuando los niveles de dopamina disminuyen, esto causa una actividad cerebral anormal, lo que a su vez provoca un movimiento deficiente y otros síntomas propias de la enfermedad de Parkinson.
En la actualidad se desconoce el detonante principal de esta patología neurodegenerativa, sin embargo, existen factores que predisponen a la persona a desarrollarla, como mutaciones genéticas y desencadenantes ambientales como la exposición a ciertas toxinas que pueden aumentar el riesgo a futuro.
La ciencia sigue investigando y diseccionando cada tema para encontrar alguna variante de la enfermedad que pueda desarrollar una evolución favorable en los pacientes.
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Hasta ahora estos son los últimos avances en el tratamiento del Parkinson:
Estimulación cerebral profunda
Pese a que esta terapia ya era usada en años anteriores, ha ido evolucionando de tal manera que aunque no cura la enfermedad ni modifica su evolución, sí mejora la calidad de vida del paciente.
De acuerdo con la Organización Conoce el Parkinson , consiste en implantar dos electrodos, uno a cada lado del cerebro. Estos electrodos están conectados a un neuroestimulador, con el que se estimula con electricidad de alta frecuencia un pequeño volumen cerebral.
El efecto es la mejora de síntomas motores, sobre todo el temblor. El efecto de la estimulación permite reducir el tratamiento farmacológico y ayuda a que las discinesias desaparezcan.
Oligonucleótidos
De acuerdo con un estudio publicado en International Journal of Molecular Sciences y retomado por la revista especializada en Neurología de España, los oligonucleótidos podrían ser un nuevo potencial tratamiento contra el Parkinson.
Se ha diseñado un oligonucleótido conjugado contra formas mutadas de alfa-sinucleína como potencial tratamiento para la enfermedad de Párkinson. Los resultados preliminares son prometedores y podrían abrir el camino a nuevas terapias que permitan retrasar el desarrollo de la enfermedad.
Neuronas nigrales convertidas in situ
Un estudio realizado por la Universidad de California y publicado en 2020 en la revista Nature , demostró que aunque el Parkinson no se puede curar sí se puede ayudar a los pacientes a mejorar su calidad de vida.
Si bien la mayoría de las estrategias de tratamiento tienen como objetivo prevenir la pérdida neuronal o proteger los circuitos neuronales vulnerables, una posible alternativa es reemplazar las neuronas perdidas para reconstruir los circuitos interrumpidos.
Utilizando un modelo inducido químicamente de la enfermedad de Parkinson en ratones, se mostró la conversión de astrocitos del mesencéfalo en neuronas dopaminérgicas, que proporcionan axones para reconstruir el circuito nigroestriatal. En particular, la reinervación del cuerpo estriado se acompaña de la restauración de los niveles de dopamina y el rescate de los déficits motores.
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