Aunque la sexualidad femenina, en particular la ciencia detrás de los orgasmos no ha sido ampliamente estudiada, la ciencia ha tomado interés y poco a poco empezamos a conocer más del tema.
El orgasmo femenino y el estudio de la sexualidad de las mujeres han estado estigmatizados desde siglos atrás, lo cual ha relegado la investigación sobre el placer de las mujeres al punto que hasta hace apenas unas décadas atrás no conocíamos la anatomía completa del clítoris, una de las partes anatómicas más importantes para que las mujeres sientan placer y claro, lleguen al orgasmo.
Según lo reportado en Sexologies , una clínica privada de ginecología en Nueva York se dio a la tarea de investigar más sobre el orgasmo y las posiciones que favorecen llegar a éste.
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Sus resultados fueron claros: la mejor posición para que una mujer heterosexual alcance el orgasmo es el clásico misionero, pero ojo, con una almohada debajo de la cadera para ayudar a levantar la pelvis durante el acto sexual.
Este resultado se basó en la circulación de sangre (entendido como excitación sexual) hacia el clítoris antes y después del coito en 5 posiciones diferentes; con la mujer arriba frente a frente, sentados frente a frente, con el hombre arriba frente a frente (misionero con y sin almohada) y arrodillados o “de perrito”.
De estas cinco posiciones, la que menos sangre llevó al clitoris fue la última, debido a que la estimulación del clítoris es prácticamente nula, mientras que la posición de misionero con una almohada debajo de la mujer fue la más efectiva.
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Y es que por estudios anteriores sabemos que las mujeres tienen mayor probabilidad de alcanzar un orgasmo mediante la penetración si la distancia entre su clítoris y su vagina es menor –este conocimiento ha sido tal, que siglos atrás Marie Bonaparte se sometió a una cirugía para poder conseguir orgasmos –, al igual que si hay estimulación del clítoris de por medio.
Sin embargo, cabe destacar que el estudio publicado en Sexologies tiene un gran sesgo, y es que su muestra es demasiado pequeña para tener alguna relación con el resto de la población… y es que su muestra fue de tan sólo una pareja heterosexual. Del mismo modo, el estudio tenía como fin mostrar el flujo sanguíneo al clítoris y no necesariamente alcanzar el orgasmo.
Así que si acaso hay algo que aprender de este estudio es que cuando se trata de los orgasmos y el sexo, la experimentación y probar nuevas posiciones, aunque sean variaciones tan simples como usar una almohada debajo de la cadera, pueden ser factores importantes para obtener más placer en pareja.
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