Vas por la vida con el vientre inflamado, con una ligerita punzada que viene y va, única señal de que tus intestinos todavía sirven para algo, aunque sea sólo para incomodar. La comida entra, pero no siempre sale; si lo hace, es sólo después de una molesta sesión, tan larga que alcanza para echar todos los likes y favs del día y pensar en qué clase de karma estás pagando. Terminas... pero no del todo. Tendrás que regresar muy pronto a intentarlo otra vez para, probablemente, volver a fracasar.
Digámoslo como es: no poder evacuar es una tortura que afecta nuestra calidad de vida en un nivel mayor al que queremos aceptar, pero es un problema tan común que, en vez de enfrentarlo, hemos decidido abrazarlo y tolerarlo cuando, de hecho, es bastante fácil de solucionar.
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Para saber qué hacer, de una vez por todas, hablamos con la doctora Estefanía Torres –médica cirujana general con especialización en medicina interna y gerente de asuntos médicos de Takeda México–, quien empezó por diferenciar al episodio de la condición crónica: “Cualquiera puede atravesar por un estreñimiento agudo como consecuencia de un desajuste en su estilo de vida diario: un viaje o una jornada laboral más larga de lo habitual, por ejemplo; el estreñimiento crónico es diferente, ése no se va si no se toman medidas concretas”.
Cuando estamos bajo altos niveles de estrés, nuestro organismo libera cortisol y noradrenalina, hormonas encargadas de ponernos en un estado de alerta; el cuerpo automáticamente convierte en prioridad lo que lo tiene tenso, y deja en segundo plano la necesidad de evacuar.
¿Cómo saber si es estreñimiento crónico? Torres lo explica mejor que nadie: “Es simple, hay que salir contento del baño; si lo que sucedió adentro fue una batalla, hay un problema. Los síntomas más comunes son disminución de la frecuencia de evacuaciones: tres o menos por semana debe prender los focos rojos. Esto, acompañado de distensión abdominal y mucho esfuerzo, es clara señal de estreñimiento crónico”.
“Cuando estamos bajo altos niveles de estrés, nuestro organismo libera cortisol y noradrenalina, hormonas encargadas de ponernos en un estado de alerta; el cuerpo automáticamente convierte en prioridad lo que lo tiene tenso, y deja en segundo plano la necesidad de evacuar”, explica Estefanía.
Finalmente, el punto clave: ¿Qué hacemos si tenemos estreñimiento? “Vayan al médico”, responde de forma contundente. “Cada persona tiene un patrón intestinal diferente; algunas comen y van al baño, otras pasan horas esperando el momento: las dos condiciones están bien. Sin embargo, tan pronto se detecta una anomalía, es importante hablar con un doctor para profundizar y tener diagnósticos más certeros. No puedes saber si es un simple caso de estreñimiento o si es un bloqueo por hernia o un tumor. No se trata de alarmarse, sino de ser responsables con nuestro cuerpo”.
Para combatir el estreñimiento
• Toma dos litros de agua
• Ingiere cinco porciones de frutas y verduras al día
• Evita alimentos que causen gases (legumbres, lácteos enteros, calabaza y durazno)
• ¡Muévete!