La mayoría de las personas pueden hacer cara de asco en público, pero muchas veces, a solas, estas mismas se han picado la nariz cientos de veces, e incluso, existe una alta posibilidad de que se los hayan comido por lo menos una vez en su vida, pues, según estadísticas, 90% de la población tiene este hábito, sin embargo, ese mismo 90%, o más, no conocen los riesgos de picarse la nariz.
No lo decimos nosotros, lo dice la ciencia, y es que, en 1995, un estudio realizado en Wisconsin se dedicó a descubrir que tan común es la práctica de introducir el dedo en la nariz, además de ingerir la mucosa, entre la población adulta, e incluso revelar si algunas personas lo podrían hacer de forma compulsiva , lo que se podría considerar un desorden psiquiátrico.
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La muestra giró alrededor de una encuesta anónima, que reveló que el 91% de estos adultos se picaban la nariz con frecuencia, aunque solamente el 75% creyó que es algo que todo mundo hace (y no se equivocan), y es que la realidad de este estudio fue que el acto de picarse la nariz es una práctica universal, algo que no sorprende a nadie.
El lado sorprendente (y asqueroso) de esta práctica tiene relación con la mucofagia, o la costumbre de comerse los mocos y es que durante mucho tiempo se pensaba que el consumir los residuos gelatinosos que habitan en la nariz podrían ser benéficos para la salud, siendo uno de los abanderados principales de esta práctica el doctor Friedrich Bischinger.
Bischinger aseguraba que “comerse los mocos mejora el sistema inmunológico ”, e incluso fomentaba que los niños lo hicieran. La realidad es que no hay ninguna evidencia científica que respalde dicha teoría, y resulta completamente contradictorio a la función real de la mucosa nasal, que es atrapar los gérmenes y bacterias con el fin de que no entren al organismo.
Relacionado con esto, se llegó a creer que comerse los mocos era bueno para los dientes, pues según esta teoría, la mucosa generaba una pared protectora contra bacterias que pueden lastimar la dentadura, aunque resultó ser un malentendido, pues esta es la función de la mucosa salivar.
No solo eso, además, los riesgos que representa esta desagradable práctica son bastante preocupantes, empezando porque el hecho de “comerse los mocos” puede fomentar el desarrollo de infecciones severas como el estafilococo.
Aunque no aplica en todos los casos, el sufrir de esta bacteria incluye el crecimiento de ampollas, furúnculos y bultos que causan dolor, así que mejor hay que prevenir .
Además de los riesgos infecciosos, la gente que tiende a meterse el dedo en la nariz de forma compulsiva, corre el riesgo de generar heridas internas en la cavidad nasal, como perforar la pared que separa las fosas nasales, que fue un caso real.
Al final de cuentas, resulta más conveniente detener lo antes posible la práctica de comerse los mocos, pues, aunque “todo mundo lo hace”, es una mejor idea tener pañuelos a la mano para descongestionar la nariz , aunque “nadie esté viendo”, después de conocer los riesgos de picarse la nariz.
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