Ana y Pablo llevan una relación de años, al inicio la intimidad era fuego puro, ahora las noches se han vuelto frías, no hay más caricias y la posibilidad de tener relaciones sexuales se vuelve remota.
Ana está llena de pensamientos antes de dormir, ¿ya no le seré atractiva a Pablo?, ¿el amor se acabó?, ¿seré yo la del problema?, ¿qué estoy haciendo mal?...
Si bien, el sexo no es la piedra angular de las relaciones, forma parte de uno de los pilares de las parejas que permite hacer una conexión en otro plano y los lleva a sentirse plenos en todos sentidos; cuando éste falla puede desencadenar la insatisfacción de los integrantes y provocar problemas que muchas veces terminan en un solo fin: la separación.
Es absolutamente normal que con el paso del tiempo las relaciones sexuales mantengan su ritmo o disminuyan, son ciclos que cambian de acuerdo a los matices sentimentales y de madurez que tenga la pareja, sin embargo, cuando ya no existen los encuentros íntimos a pesar de existir amor incondicional, las dudas inician con una afirmación: “mi pareja ya no siente atracción sexual por mi”.
A continuación te enlistamos las posibles causas que podrían llegar a desencadenar este problema, de acuerdo con el psicólogo Nahum Montagud de Psicología y Mente:
Infidelidad
Aunque no es una regla es una de las variantes principales por las que tu pareja podría no volver a tener relaciones. Lo importante es estar alerta para detectar otros comportamientos no habituales, indicadores que te lleven a pensar en un tercer participante en el juego. Hablar claro y enfrentar la situación será prioridad para resolver la situación.
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Disfunción sexual
Pese a que la apertura sexual se ha hecho en gran parte del mundo, confesar que se sufre de una disfunción como la eyaculación precoz o el vaginismo, aún es un tema tabú, entre muchas cosas, conlleva a admitirse en un estado de vulnerabilidad y frustración que limita tu desempeño, a tal grado que el solo hecho de pensar en acercarse a su pareja le provoca incomodidad y miedo de no ser capaz de hacerlo.
Para remediar la cuestión, será necesario acudir con un especialista para evaluar si las causas son físicas, psicológicas o ambas.
Estrés
De acuerdo con Montagud, el estrés favorece la apatía y la inhibición del deseo sexual, debido a que causa alteraciones en lo mental como en lo químico; los niveles de cortisol se disparan mientras que la serotonina disminuye, provocando cambios físicos y psicológicos que afectan la líbido.
Tomar vacaciones, consultar con un psicoterapeuta sobre nuevos métodos de relajación y destinar momentos solo para disfrutar del tiempo y la pareja, serán unas de tantas soluciones que existen para superar el bache.
Monotonía
La causa menos mortificante es la falta de sexo por monotonía o aburrimiento, estar tanto tiempo con la pareja quizá haga que las sorpresas falten durante los encuentros íntimos, que existan pocas sorpresas y se vuelva en rutina, por lo que rescatarnos del conflicto será fácil con creatividad y experimentando cosas nuevas como, lugares no conocidos, juguetes, disfraces, incluso posturas que nunca han probado. Recuperar la pasión será pan comido si se lo proponen.
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